La injertación brinda numerosos beneficios

La injertacion permiten contar con variedades de aguacate óptimas para diferentes condiciones de clima y suelo

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Al conocer las características de diferentes plantas, se pueden aprovechar para dar belleza a patios, jardines o parques. Foto EDH/ Archivo

Por Mariano Villatoro comunidades@eldiariodehoy.com

2015-02-09 8:00:00

Muchos de los frutos que consumimos, o de las flores que disfrutamos, no sería posible producirlas sin aplicar técnicas de injertación.

Básicamente, el proceso consiste en unir partes de diferentes plantas que tengan compatibilidad genética. Una planta será llamada patrono porta injerto y en ella se acopla la otra: yema.

La preocupación mundial por abastecer la creciente demanda de alimentos y productos de origen vegeta hace que se busque mejorar las especies.

En muchos casos se ha llegado a crear frutos sin semilla, que son lo ideal para el consumidor.

Es el caso de algunas variedades de sandías, limón pérsico, naranja Washington.

La solución para realizar cultivares que conserven las características deseadas en forma intacta, es el proceso de injertación.

Además de disminuir el tiempo de espera para obtener los primeros frutos y eliminar la incertidumbre de si la nueva planta será macho o cosechero.

Así tenemos el caso de un cultivar de aguacates. Si sembramos la semilla, nace la planta, crece y por lo general produce a los siete años.

Mientras que si sembramos aguacates injertados estaremos cosechando los primeros frutos a los cuatro años, o sea que nos ahorramos tres años por árbol.

En mil árboles nos ahorraremos tres mil años. Esto es comprarle tiempo al tiempo y en los cítricos injertados de excelente calidad y bien manejados estaremos cosechando a los dos años de sembrados.

Todo fruticultor que busca rentabilidad y mayor eficiencia de su terreno, realiza sus cultivares con plantas injertadas, en nuestro medio es típico el caso de plantaciones de cítricos; y aunque es viable que un árbol puede producir más de un tipo de fruto, lo recomendable cuando no se busca ornamentación es hacerlo con una sola variedad por ejemplar.

Los injertos son recomendables hacerlos en árboles frutales que su primer cosecha la dan en un periodo mayor a tres años, en ornamentales, en rodales semillero y en casos que la creatividad y habilidad del injertador se lo permitan.

La injertación busca dar forma a una nueva planta que produzca lo que deseamos en el menor tiempo posible.

Aprovechar las características especiales de adaptabilidad a situaciones adversas de clima, humedad, suelo y resistencia a plagas y enfermedades, o sea la mejor variedad para sobrevivir, la cual sostendrá y alimentará a otra variedad de la misma especie que posee los mejores frutos y que este en plena vida productiva.

Una persona que se dedica a injertar es alguien con un don especial, y los conocimientos técnicos necesarios hace realidad las aspiraciones de un fruticultor, de un jardinero, de un silvicultor, en fin de toda mentalidad exigente por poseer rápidamente las bondades del reino vegetal.

No es necesario un determinado nivel académico. Es más necesaria su habilidad, sabiduría natural y sentido de curiosidad. Un buen injertador debe poseer un excelente criterio para saber cuándo ponerle mano a un patrón (planta en la que se acoplará la yema) y saber seleccionar una buena yema para que la operación funcione, su habilidad para hacer los cortes adecuados y lograr un buen acoplamiento de yema-patrón, en el menor tiempo posible.

Además, debe disponer de una navaja bien afilada, de tal forma que el tejido se dañe lo menos posible y saber sujetar delicadamente la unión. Como la injertación es una técnica, el perfeccionamiento se logra con la práctica y vocación.