Solo en uno de 19 penales se reduce el ocio

De unos 28 mil reos, casi 4 mil están en una actividad ocupacional

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Según autoridades Apanteos se ha transformado en un centro de rehabilitación. Foto EDH /Archivo

Por Jaime López sucesos@eldiariodehoy.com

2015-01-10 9:00:00

Solo en uno de los 19 centros penitenciarios del país, en Apanteos, el gobierno ha puesto en marcha el modelo de gestión ocupacional con el que se propone combatir el ocio y la criminalidad en los reos.

En este año, las autoridades de Justicia y Seguridad Pública se proponen replicar el modelo en cinco cárceles más, mientras el hacinamiento carcelario, que supera el 300 por ciento, no parece tener la solución a corto plazo.

Desde octubre del año pasado, el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública tiene a disposición 71 millones de dólares concedidos por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y que aún no ejecuta por problemas burocráticos y litigios con empresas constructoras.

Con ese préstamo, el Gobierno se proponía la ampliación de los penales de mujeres en Ilopango, el de Quezaltepeque (La Libertad), Izalco (Sonsonate), Zacatraz (La Paz), Mariona (San Salvador), así como la readecuación de las instalaciones para las granjas penitenciarias de Santa Ana, Sonsonate y Zacatecoluca, en La Paz.

También se financiaría el proyecto de brazaletes para unos 4 mil reos de baja peligrosidad. En total, todas las obras financiadas con el préstamo resolverían la falta de espacio para entre nueve y doce mil reos.

El jueves pasado, los diputados de la Asamblea Legislativa aprobaron la ley que regulará el uso de brazaletes electrónicos para reos en fase de confianza.

La inversión para la adquisición de esos aparatos electrónicos ronda los 14 millones de dólares que serán tomados del préstamo por 71 millones de dólares que la Asamblea aprobó en octubre de 2013.

Pero los brazaletes no se utilizarían de la noche a la mañana, pues se necesita agotar todo un proceso burocrático que comienza con la elaboración de los términos de las bases de licitación, realizar la convocatoria a los oferentes, la selección y adjudicación del ganador del concurso y luego, las apelaciones de los que no están de acuerdo con el proceso.

Modelo contra ocio busca ampliarse

El gobierno apuesta por un nuevo modelo contra el ocio carcelario, el cual es apoyado por la Unión Europea y la embajada de los Estados Unidos.

Con ese esquema, las autoridades buscan que el interno no solo cumpla su condena, sino que se prepare en una actividad productiva y que la cárcel deje de ser “escuela del crimen”.

Estudios del Centro Antipandillas Transnacional han advertido que entre el 80 y el 85 por ciento de los delitos que se cometen en el país son ordenados desde la prisión.

Desde las cárceles, los cabecillas de las pandillas, vía teléfono celular o mensajes anónimos enviados con familiares, ordenan asesinatos, extorsiones y amenazas.

El director ejecutivo de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), Arnoldo Jiménez, es del criterio que desarrollar un trabajo productivo con eficiencia, es parte de la rehabilitación de los prisioneros, no solo como terapia ocupacional y mecanismo para reinsertarse a la sociedad, sino también como una oportunidad para generar recursos para sostener a sus familias.

La nueva estrategia ocupacional está en marcha en el penal de Apanteos de Santa Ana, desde 2011 y a la fecha, las autoridades estiman que el 98 por ciento de los prisioneros está inscrito en alguna actividad productiva o educativa.

En ese penal, en enero de 2007 ocurrió una masacre donde 21 prisioneros fueron asesinados en una revuelta de reos.

En la actualidad, la población interna en Apanteos es de casi 4 mil reos, entre hombres y mujeres.

Ocupación del 30 por ciento

La Dirección General de Centros Penales estima que un 30 por ciento de los 28 mil prisioneros desarrolla una actividad productiva en la prisión.

Pero eso no basta para mantener los estándares de control en las cárceles, de ahí que las autoridades se proponen que más internos se involucren en las diversas ocupaciones.

Según el director general de Centros Penales, Rodil Hernández, para este proyecto solo se cuenta con los recursos asignados, no hay una partida especial.

En esas condiciones en 2015, las autoridades pretenden avanzar en este modelo en al menos cinco penales más, sin especificar cuáles ni dónde o cuándo se comenzaría a implementar el modelo.

El modelo en Apanteos

En Apanteos, los presos tienen unas 15 opciones diferentes para mantenerse ocupados durante el día.

Entre ellas, crianza de tilapias, aves de corral, carpintería, fabricación de bloques, cultivo de hortalizas, avicultura, viveros, cerámica, zapatería, pintura, taller de sublimación (serigrafía en cerámica por sistema electrónico).

También pueden dedicarse a la elaboración de productos aromáticos, detergentes, así como aprender un segundo idioma como el inglés o el francés.

Para quienes no tuvieron la oportunidad de estudiar, en el penal de Apanteos pueden empezar de cero y llegar hasta bachillerato.

Como resultado de todas estas ocupaciones, según los administradores de los programas, los reos han renunciado a la violencia, ahora se convive en un ambiente de orden, limpieza e higiene.

“Tenemos años de no tener hechos de violencia fuertes, tampoco lesionados por pleitos internos, ahora la actitud del reo ante las autoridades y el personal de seguridad, es totalmente diferente”, destacó el subdirector general de Centros Penales, Orlando Molina.

El director de Centros Penales, afirmó por su parte, que por ahora, en el marco del nuevo esquema, la producción de alimentos y otros artícu los dentro de la prisión es para consumo interno, pero a futuro pretenden convertirse en autoproveedores del sistema.

Es decir, lo que los reos producen, lo venderán a la institución y con el dinero que recojan, contribuirán en la manutención de sus familias

Molina asegura que en Apanteos están llegando al nivel de sistematizar, industrializar y comenzar a identificar la cadena de comercialización de sus productos.

“La primera meta del proyecto es pedagógica y de tratamiento, pero también esperamos que en un momento determinado podamos hacer que los reos vayan aprendiendo y adquiriendo mejores conocimientos y mayor productividad”, afirmó el director de Centros Penales.

En Apanteos, el nuevo modelo ha significado cambiar el viejo orden que había, por uno que responda a los estándares de una prisión moderna, afirmó Hernández.

El pastor Fredy Segovia, de la Iniciativa Pastoral por la Vida y la Paz, afirmó que la nueva gestión es un reto por que con poco se está queriendo hacer mucho, lo que hace falta es voluntad y seriedad de las personas involucradas.