DEUDAS PENDIENTES A 23 A??OS DE LA FIRMA DE LA PAZ

Abatidos por la delincuencia y el alza de homicidios, el país se apresta a conmemorar el 23 aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz. Este día llega al país el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, quien participará en los actos oficiales programados por el Gobierno de Salvador Sánchez Cerén.

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DEUDAS PENDIENTES A 23 A??OS DE LA FIRMA DE LA PAZ

Por José Zometa politica@eldiariodehoy.com

2015-01-14 7:00:00

os salvadoreños se aprestan a celebrar los 23 años de la firma de los Acuerdos de Paz, con la presencia del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-Moon, aunque aún quedan tareas pendientes por saldar, especialmente en materia de seguridad y de economía, para lograr la tan anhelada paz.

El país aún enfrenta problemas que le aquejan día a día, pues a muchos les cuesta encontrar un empleo y enfrentan problemas de inseguridad con el acoso y extorsión de las pandillas y el alza de los homicidios que han llegado a 13 diarios, según datos de la misma corporación policial.

Inclusive los excombatientes de la Fuerza Armada y de la exguerrilla del FMLN denuncian en las calles que no se les han cumplido con los beneficios que para ellos quedaron plasmados en los Acuerdos de Paz.

Aun con todo y los problemas, el acto de la firma de los Acuerdos de Paz, entre el Gobierno de Alfredo Cristiani y la entonces guerrilla del FMLN, reviste tal importancia para el país, pues puso fin a más de una década de guerra y detuvo el derrame de sangre que hasta esa fecha había cobrado la vida de unos 80 mil salvadoreños, en su mayoría de la población civil.

Fue el legendario castillo de Chapultepec, en México, el que sirvió de escenario para el encuentro definitivo entre la delegación gubernamental, encabezada por el presidente de la República, Alfredo Cristiani, y la comandancia general del FMLN, que rubricaron los Acuerdos de Paz el memorable 16 de enero de 1992.

Ahora los salvadoreños se aprestan a conmemorar esa fecha, quizá la más importante de la historia reciente de El Salvador. Sin embargo para llegar hasta ese acto las partes en conflicto, aunque con la mediación y respaldo total de las Naciones Unidas, tuvieron que sortear momentos de tensión, de intentos de abortar el avanzado proceso de negociación hacia la pacificación que inició en 1984 con el primer Diálogo por la Paz, realizado entre el Gobierno y el FMLN, en La Palma, Chalatenango.

La ofensiva guerrillera lanzada por el FMLN en noviembre de 1989 a escala nacional, aún cuando estaba sentada en la mesa de diálogo y tras varios días de enconados enfrentamientos en populosos barrios y colonias de las ciudades, dejó claro el panorama para ambas partes en conflicto: no había vencedores ni vencidos y había necesidad de sentarse a negociar el fin de la guerra.

Papel fundamental jugó la ONU con Álvaro de Soto, representante del secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, para encauzar a los bandos en contienda por el sendero de la negociación.

En diciembre de 1991, la llegada de un nuevo año y el tic tac del reloj que le recordaban a Pérez de Cuéllar a cada segundo que su mandato, expiraba con el nacimiento del nuevo año, también se convirtieron en cómplices y confabularon para acelerar los acuerdos definitivos y consolidarlos antes que el mundo celebrara la llegada de 1992.

El mismo presidente Alfredo Cristiani voló a última hora a Nueva York para incorporarse a la delegación gubernamental de negociación que había sido convocada juntamente con la delegación guerrillera por Pérez de Cuéllar, para cerrar el largo capítulo de la negociación y plasmarlos en lo que se denominó Acta de Nueva York, que contenía los acuerdos que serían firmados el 16 de enero, tal como convinieron ambas partes y que permitió el desmontaje gradual del conflicto bélico.

“La guerra ha quedado atrás”

Mientras los salvadoreños festejaban los Acuerdos, en México, uno de los países amigos del proceso, los trabajos de limpieza y decoración del legendario castillo de Chapultepec estaban en marcha, pues el entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, abrió sus puertas para recibir a las delegaciones del Gobierno salvadoreño y de la exguerrilla del FMLN e invitados especiales a la ceremonia pactada para el 16 de enero de 1992.

Ese día, los medios de El Salvador y del mundo relataban paso a paso los acontecimientos que rodeaban al acto de la firma de los Acuerdos de Paz, bajo la supervisión del propio y recién estrenado secretario general de la ONU, Butros Ghali.

Los salvadoreños y el mundo escuchaban con atención los discursos del presidente Alfredo Cristiani, quien proclamó: “La guerra ha quedado atrás”, con lo cual arrancó la ovación y aplausos de los asistentes a la histórica ceremonia y de los miles de salvadoreños en el país que, por televisión, seguían de cerca los actos.

Tras su discurso, el presidente Cristiani rompió el protocolo y saludó a su esposa Margarita y, acto seguido, se dirigió a la delegación del FMLN, encabezada por el extinto comandante Shafik Handal, para estrecharles la mano en un gesto y mensaje de que la paz y la reconciliación entre los salvadoreños había de ser el objetivo a seguir para los salvadoreños.

A 23 años de aquella histórica ceremonia, ciertamente las armas callaron, la entonces guerrilla del FMLN se convirtió en partido político y ahora gobierna el país, inmerso en problemas que aquejan a la población como la inseguridad y la falta de empleos.

A cinco años y medio de gobiernos del FMLN, los índices de violencia siguen en aumento al igual que el accionar de las pandillas, que no paran de extorsionar lo mismo a empresarios que a humildes dueños de tiendas y trabajadores que luchan por sobrevivir día a día en este país.