Imponen 28 años a taxista que asaltó y violó a mujer

Víctima esperaba el autobús cuando dos sujetos a punta de pistola la suben al taxi

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Alexis Enrique Rivera Contreras, de 33 años, purga dos condenas: una de 38 años y otra de 28 por privación de libertad, violación, robo agravado y otros delitos. Foto EDH / Cortesía Juzgados

Por Jaime López sucesos@eldiariodehoy.com

2015-01-30 8:00:00

Era una noche lluviosa de domingo con poco tráfico vehicular, autobuses y transeúntes cerca del monumento al Salvador del Mundo, sector donde una mujer que recién salía de su trabajo, esperaba el autobús, cuando dos sujetos abordo de un taxis la observaron, retrocedieron y la obligaron a subirse.

No se trataba de dos buenos samaritanos que le darían “ray” en una noche con poco servicio de buses urbanos, sino que con pistola en mano dentro del automotor amarillo, le anunciaron que se trataba de un asalto.

El copiloto, que portaba un arma de fuego se pasa al asiento de atrás donde viajaba la víctima y le advierte que no vaya a gritar, porque si lo hace, la van a matar

Lo primero que hacen a la mujer es despojarla de dos tarjetas, una de debito y otra de crédito, además de dos celulares y una cartera.

Se aseguran que la señora les entregue las claves de acceso de las tarjetas para sacar el dinero de las cuentas.

Todo eso sucedía mientras el conductor buscaba las zonas más silenciosas de la capital aquel 12 de agosto de 2012, poco después de las 8:00 de la noche.

Luego de tantas vueltas y que terminaron por desorientar a la atribulada mujer, llegan a un callejón oscuro de la colonia Cucumayán.

En ese lugar, el taxista Álex Enrique Rivera Contreras, de 33 años, casado y padre de familia, se pasa al asiento trasero del vehículo para abusarla sexualmente.

La angustiada mujer afirmó que el sujeto la amenazó con matarla si ella no accedía a todo lo que él le pidiera.

Mientras Alexis Enrique abusa de su víctima, el acompañante vigilaba que al lugar no se acercara ninguna persona mucho menos la Policía.

Luego, el primer violador, le ordenó a su acompañante que también abusara.

El sujeto, en vez de hacerle caso, le pide que deje ir a la mujer, pero Álex se resistía.

A pesar del sufrimiento en que se encontraba aquella señora, quien laboraba en un restaurante de 2:00 de la tarde a 9:00 de la noche, aportó abundante información a las autoridades que ayudó a ubicarlo.

Recordó que Alexis Enrique era de piel trigueña, portaba una gorra azul y roja, un poco narizón, complexión delgado, sin bigote, barba de candado, vestía jeans gris, camisa de vestir mangas enrolladas y zapatos deportivos blancos.

Explicó que el acompañante de Alexis Enrique era de piel trigueña, cara halada, nariz normal, complexión delgada, cabello negro quebrado, vestía una camisa sport, azul negra, pantalón azul, zapatos tenis blanco, quien también la violó.

A este segundo sujeto, aún no se ha capturado, informaron las autoridades.

Después de los abusos, bajaron del carro a la víctima, a quien le ordenaron que corriera sin volver a ver para atrás. La mujer relató que corrió tres cuadras hasta llegar a un negocio, donde pidió ayuda a la dueña.

La comerciante, después de conocer la pena que había pasado, le ofreció ayuda, le dijo que le prestaba un teléfono para que se comunicara con su familia y que la fueran a recoger. Más tarde su cuñado llegó por la víctima para llevarla a su casa.

Pasada la medianoche, regresó la víctima a su hogar y lo primero que hizo fue bañarse, pues se sentí sucia por todo el daño que le habían hecho.

La ofendida relató en el juicio que el 17 de enero de 2013, vio retratado en los periódicos al primer sujeto que hacía cinco meses la había violado.

El daño moral que los dos sujetos le causaron, asegura la ofendida, aún no los ha superado, pues expuso que “me siento mal en mi hogar, con sus hijos, en mi trabajo, siento que no soy la misma porque los violadores me hirieron tanto que siento que ya no soy la misma”.

El día siguiente de que sufrió el vejamen, la víctima fue a la clínica y de ahí le sugirieron que fuera a denunciar el hecho ante las autoridades, pero antes fue al hospital para someterse a un tratamiento antirretroviral para contrarrestar una posible transmisión del VIH-sida.

Más tarde fue a la Fiscalía, donde luego de recibirle la denuncia la enviaron a Medicina Legal para someterse a los exámenes pertinentes.

Lastimosamente, se había bañado y con ello, las evidencias seminales se perdieron.

Sin embargo, eso no fue obstáculo para que el Tribunal Primero de Sentencia, con su declaración, los peritajes sicológicos y forenses, encontrara culpable a Álex Enrique.

En la resolución emitida el 9 de octubre de 2013, el Tribunal Primero de Sentencia le impuso tres años de prisión por privación de libertad, seis años por el delito de otras agresiones, 11 años de cárcel por violación y ocho años por robo agravado.

Además el Tribunal lo condenó a pagar a la víctima la suma de 500 dólares por responsabilidad civil, debido a los daños que le ocasionó al abusar de ella.

Por otros dos casos de violación registrados casi de la misma manera en que atacó a la mujer, el Tribunal Sexto de Sentencia condenó, el pasado 6 de septiembre de 2013, a Álex Enrique a 38 años de cárcel. En uno de los hechos, está como víctima la madre y la hija y en el segundo, otra mujer joven.