En 2014, más de 25 negocios cerraron en Oriente por extorsiones

El promedio de cierre fue de dos empresas por mes

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Para los empresarios es necesario que las autoridades tomen medidas más efectivas para detener las extorsiones en la zona Oriental. Foto EDH / Archivo.

Por Lucinda Quintanilla sucesos@eldiariodehoy.com

2015-01-18 7:00:00

El sector comercio de la zona Oriental fue golpeado por los extorsionistas durante el 2014 y provocó el cierre de al menos 25 empresas, dos por mes, en esa región del país.

Desde inicios del año, el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador, filial San Miguel, Howard Gutiérrez, sostuvo que en San Miguel se cerraban en promedio dos empresas por mes, a causa de los chantajes.

Esa fue la tendencia que se mantuvo desde enero hasta septiembre del año anterior, explicó Gutiérrez, cuando fue consultado.

Solo en el departamento de San Miguel, de enero a septiembre, se habían cerrado cerca de 18 negocios, entre pequeños y medianos, detalló la gremial.

“La tendencia de cierre de empresas en San Miguel es la misma, por las extorsiones siguen ahogando al empresariado a pesar de los esfuerzos que se hacen con las autoridades”, expresó Gutiérrez.

El presidente de la Cámara sostuvo que la zona céntrica de la ciudad es siempre la más asediada por la delincuencia con el pago de las extorsiones, a lo que se suman lo robos.

Empresarios de Usulután y La Unión, abatidos por delincuencia

La misma situación se vive en Usulután, en donde las extorsiones no dieron tregua todo el 2014.

Santiago Meléndez, presidente del grupo empresarial afiliado a la Cámara de Comercio, explicó que “las extorsiones nos afectaron y no permitieron que se abrieran nuevas empresas medianas en la ciudad, no podemos desarrollarnos como sector”, se quejó.

Eduardo Jovel, otro de los empresarios de la cabecera usuluteca, sostuvo que durante el 2014 se cerraron unas 10 empresas de todo tipo, entre medianas y pequeñas.

Aseguró que la delincuencia fue uno de los factores que no les ha permitido salir a flote como comerciantes, por lo que muchos optaron por cerrar operaciones.

“Cerraron por lo menos unos diez negocios, pueden ser más, esto por varios factores, la delincuencia es uno de ellos; porque muchos ya no podían seguir pagando los chantajes, las ventas están malas y estar trabajando para los delincuentes no tiene sentido”, señaló el empresario.

En el caso de La Unión, los afiliados de la Cámara de Comercio también aseguraron que “el 2014 fue un año en el que muchas empresas se fueron de ese departamento, por el asedio de pandillas y delincuentes, pero además, porque nunca se concretó lo del Puerto”, explicó un empresario de la gremial que pidió no revelar su identidad.

Agregó que la situación es cada vez es más caótica y que la ciudad puerto no está generando empleos como se esperaba, después de la construcción de la megaterminal.

Aseguraron que es necesario que el Gobierno tome medidas a corto plazo para cambiar esa realidad.

“El Gobierno necesita invertir y atraer la inversión de otros empresarios a este departamento, además se deben tomar medidas drásticas para controlar la situación delincuencial”, explicó.

Los cierres de las empresas, independientemente si fueron medianas o pequeñas, generaron la pérdida de muchas fuentes de empleo.

Según el presidente de la Cámara de Comercio de San Miguel, las compañías cerradas desde el inicio del año, por tratarse de medianas y micro, empleaban entre cuatro y cinco personas.

Al multiplicar esta cifra por las empresas cerradas, el número de empleos que fueron suprimidos oscila entre 100 y 120 en el año, en el Oriente del país.

Pocos denuncian

La Policía también señaló al sector comercio como al más golpeado por las extorsiones, al menos en San Miguel.

La percepción policial se da con base en los 215 casos por extorsión denunciados durante el 2014.

En 67 de ellos fueron por empresarios que eran chantajeados de diversas maneras por grupos delincuenciales.

Sin embargo, la cifra se redujo en un 34 % si se compara con 2013, cuando fueron denunciados 329 casos.

Hugo Padilla, jefe de operaciones de la Policía de San Miguel, sostuvo que “el sector comercio es el más golpeado, pues la mayoría de casos proviene de ellos, el resto es empresario de buses y empleado, entre otros”, señaló.

Explicó que la reducción de los casos se debe al trabajo coordinado que realizan con el sector empresarial, aunque reconoció que hace falta generar confianza para que más gente se anime a denunciar.

“Estamos reuniéndonos con los empresarios constantemente para poder contrarrestar el delito, con la ayuda del mismo sector afectado, y les hemos demostrado que cuando denuncian se hacen las capturas”, sostuvo Padilla.

Mencionó que este año seguirán apoyando con más recursos el área antiextorsiones para bajar el delito.

Pese a ello, muchos empresarios de la zona comercial de San Miguel aseguraron que la inseguridad y la desconfianza en las autoridades son factores que generan el cierre de negocios.

“Más tarda uno en denunciar en que la pandilla lo sepa, para qué denunciar, mejor cierro”, dijo un empresario joyero que pidió el anonimato.

Agregó que se necesita mayor apoyo de las autoridades, sobre todo en la persecución del delito.

Pago de peaje para entrar a zonas peligrosas

Además de las extorsiones, en el 2014 los empresarios de la zona Oriental del país tuvieron que pagar seguridad privada y no ser víctimas de asaltos, a lo que se sumó que desde mediados de año cancelan a las pandillas para que les permitan el ingreso de sus camiones repartidores de producto a barrios y colonias de varios de los municipios considerados peligrosas en la zona.

El pago es una especie de “peaje” para que los camiones que surten tiendas o establecimientos comerciales de oriente tengan derecho a entrar y vender en las colonias.

“Tenemos zonas rojas donde ingresar no es fácil y debemos pagar para distribuir nuestra mercadería”, explicó Howard Gutiérrez.

Ese pago, según el empresario, es necesario para evitar que los vendedores se expongan a ser asaltados o incluso asesinados dentro de las colonias, a pesar de que muchos de los camiones cuentan con vigilancia privada.

Aunque los acompañen un custodio, los conductores de los vehículos repartidores deben pagar la cuota que les facilite ingresar y, sobre todo, salir ilesos de la zona.

En San Miguel, algunas de las colonias donde cobran a los empresarios para que sus camiones repartidores entren a vender son la San Carlos, la Satélite, La Presita, Milagro de la Paz y Carrillo, según las autoridades de seguridad y los mismos comerciantes.

La situación no ha variado en esos populosos sectores que, a diario, son acosados por las pandillas.