SANTA ANA. Por primera vez un grupo de 28 jóvenes del complejo educativo profesor Martín Romeo Monterrosa, se graduó ayer de bachilleres técnicos vocacionales en patrimonio cultural.
La modalidad se implementó en esta institución educativa en el año 2012, teniendo como objetivo principal brindar conocimientos y habilidades que les permitan a los jóvenes desenvolverse adecuadamente en las casas de la cultura, museos regionales, y otros proyectos culturales.
Los jóvenes son ahora gestores culturales en el manejo de herramientas para facilitar la apertura de asociaciones culturales y empresas creativas que impacten en el desarrollo local y regional.
Pero el sueño de los graduados no se quedó con ese diploma, ya que ahora pueden aspirar a un técnico superior en gestión de patrimonio cultural en la escuela especializada en ingeniería Itca-Fepade, con sede en Santa Ana, donde se abrió esta modalidad el año pasado.
“Me siento contento porque hemos sido protagonistas en este campo (de patrimonio cultural). Creo que hay cosas importantes que son parte del pasado y que hay que traerlas al presente para poder rescatar nuestra propia identidad cultural”, consideró el director de la institución educativa, Martín Monterrosa.
Durante dos años los estudiantes cursaron algunas asignaturas comunes con los otros bachilleratos; pero en su currícula se incluyó materias como geografía, historia, antropología, cultura general, dibujo y conservación de recursos culturales, entre otras.
La viceministra de Ciencia y Tecnología, y también impulsora de esta modalidad de bachillerato, Erlinda Handal, estuvo presente ayer en la graduación. Durante su discurso instó a los 28 graduandos a poner en relieve la cultura de El Salvador, visibilizándola ante el mundo.
Una de las alumnas, Jessica Cristina Mendoza, aseguró que su motivación para inscribirse en esa nueva modalidad de bachillerato fue por su pasión por la lectura.
Además, destacó que como la modalidad les permite seguir estudiando, “mi meta es terminar el próximo año (en el Itca-Fepade) y posteriormente sacar una carrera relacionada al área de patrimonio cultural, porque esa es mi vocación”.
Durante el acto de graduación se llevaron a cabo bailes típicos y, además, tanto el himno nacional de El Salvador como el himno de la ciudad, Bajo el almendro, fueron cantados en náhuat.