Hace 22 días, Juan José Trejo Torres salió de su natal San Pedro Masahuat, La Paz, rumbo a San Salvador, para comprar la ropa y los zapatos que serían su “estreno” en las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
El veinteañero viajó al mercado Sagrado Corazón aprovechando que había recibido un pago. “Dijo que iba a ir ese día o después se gastaría el dinero en otra cosa” , relata su padre.
Como el pescador no regresó a casa, sus parientes se desplazaron a dicho centro de abastos y, con fotografía en mano, empezaron a preguntar por él.
Algunas personas les contaron que unos mareros lo habían interceptado, le robaron, lo obligaron a subir a un carro y se lo llevaron de la zona. Nadie alertó a la Policía.
Aunque la familia Trejo ha difundido el caso en diferentes medios de comunicación; ha repartido cientos de hojas volantes y visitado morgues, pero no ha obtenido información.
“Nada, nada. Nadie nos llama”, dice, desconsolado, el padre joven, quien también es pescador.
Los parientes de Trejo también están enfrentando otro golpe. Sus finanzas se han visto afectadas porque, en muchas ocasiones, no han podido embarcarse para ir a pescar porque, por ahora, todos están centrados en la búsqueda de joven.