La última vez que David Antonio Aceituno Pérez habló con su madre fue la madrugada del 7 de diciembre. Él le dijo que no se preocupara, que estaba junto a dos amigos en un bar de la zona Real, en la colonia Miramonte, y que llegaría más tarde a la casa.
La señora lo esperó en vano. Le hizo varias llamadas telefónicas pero no le respondió. A las 6:00 p.m. les llamó a los jóvenes con los que su hijo estuvo departiendo.
Los amigos, a quienes la familia del joven conoce desde niños, le dijeron que cuando estaban en el bar, David salió a la calle pero no regresó. Ellos imaginaron que se había marchado a su casa.
Desde entonces, la madre ha emprendido la búsqueda de su hijo por redes sociales, en hospitales, en la morgue de Medicina Legal y en los parques capitalinos.
Según ella, algunas personas le han dicho que lo han visto deambular por la plaza Gerardo Barrios y el parque Bolívar.
“Todos los días espero que alguien me llame y me diga que sabe algo de él. A Dios le ruego que me deje encontrarlo, no me importa en las condiciones en que esté”, dice su madre, entre lágrimas.
Aceituno trabajaba haciendo viajes. El día que desapareció vestía una camisa gris, tipo polo, jeans azul y zapatos tenis negros.