2. “He quedado literalmente en la calle”

Muchos que se atrevieron a emprender sus propios negocios o empresas han sido objeto de embargos porque sus proyectos no resultaron ser rentables a corto plazo y fracasaron

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2. "He quedado literalmente en la calle"

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2014-12-18 8:00:00

A Roselia (nombre cambiado) le entusiasmó la idea de pasar, de la noche a la mañana, de ser empleada a empresaria. En poco tiempo se convenció de lo que funcionarios de Fomilenio le dijeron: que su proyecto hotelero-turístico sería rentable que contribuiría a desarrollar el municipio en que vive y a generar muchos empleos directos e indirectos.

Tras escuchar lo que ahora llama “cantos de sirena”, ella tomó un crédito de poco más de cien mil dólares. Sin embargo, las preocupaciones no tardaron en llegar: desembolsos tardíos con el consecuente atraso en la ejecución de su proyecto; el pago de inmediato de cuotas de mil dólares aun cuando la construcción de las instalaciones de su negocio ni siquiera habían comenzado fueron mermando su capital. “Es bien difícil que un negocio que se comienza de cero logre despegar en dos años; a veces ni para los gastos de operación alcanza”, afirmó Roselia. A principios de este cayó en mora, pues no alcanzaba a pagar la totalidad de la cuota que año con año se le duplicaría.

A mediados de este año, comenzó el proceso de embargo de su vivienda, el único patrimonio de su familia. La afectada asegura que de Bandesal le dijeron que tenía dos opciones: hacer el proceso de forma amigable, es decir, no meterse a líos jurídicos, o resistirse al embargo, pero que, al final, ella tendría que pagar hasta el último centavo de las costas procesales. Ella optó por la “forma amigable”, dice. A los pocos días le llegó una carta donde le daban 30 días para desocupar la vivienda. “Quedamos literalmente en la calle. Hoy nos toca pagar $200 de alquiler de casa”, explicó.