Del sueño de convertirse en empresario a la realidad de los embargos

Estudio del Minec revela irregularidades en otorgamiento de créditos y estudios de viabilidad de proyectos que están en quiebra

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Edificio de empacadora de hortalizas en cantón Los Planes, La Palma, Chalatenango. Fue embargada entre mayo y junio de este año. Era un proyecto de cultivo de hortalizas potenciado con crédito de Fidenorte. Hoy luce abandonado. Fotos EDH / Jorge Beltrán

Por Jorge Beltrán Luna sucesos@eldiariodehoy.com

2014-12-18 8:00:00

En 2010, muchos residentes en el departamento de Chalatenango emprendieron el reto de convertirse en empresarios montando negocios a través de créditos del programa Fidenorte (Fideicomiso de la Zona Norte).

Tres años después, el despertar de ese sueño para algunos es que han quedado hasta sin casa donde vivir, porque los negocios no funcionaron y no pudieron pagar los créditos.

Algunos están conscientes de que lo han perdido casi todo y que no hay nada que legalmente puedan hacer para recuperar sus bienes, pero han decidido exponer sus casos, bajo condición de no revelar sus identidades, para que sirva de lección a quienes tengan la misma iniciativa con este tipo de proyectos que será ejecutado en la zona costera salvadoreña.

“En mi caso, yo ya no puedo hacer nada para recuperar mi casa, pero sé que hay mucha gente que está viviendo una pesadilla porque el banco (Bandesal) solo le da dos opciones a uno: aceptar el embargo de forma amigable o pagar hasta el último centavo de los gastos que se generen al andar peleando en un juzgado”, indicó la propietaria de un proyecto hotelero.

Piden ayuda al gobierno

“Ellos nos pintaron todo bonito cuando esto inició, pero luego nos abandonaron. Hoy ando pagando 200 dólares de alquiler de casa porque la única que tenía me la embargaron”, afirmó la misma afectada.

Otros, en cambio, confían en que al exponer la realidad por la que atraviesan, cual es la mora crediticia, que el gobierno les ayude, no condonándoles las deudas, sino dándoles opciones favorables de pago.

“No pedimos que nos regalen nada, solo que comprendan la situación de nosotros y nos den opciones de pago para no perder los inmuebles que hipotecamos para obtener el crédito”, indicó un afligido joven ganadero que este año ya ha caído en mora, pues con lo que produce no alcanza a reunir la cuota que le corresponde.

Los afectados aseguran que el gobierno no ignora los embargos o amenazas de embargos que afrontan de parte del Banco para el Desarrollo de El Salvador (Bandesal) entidad que maneja los créditos concedidos a través de Fidenorte.

Un informe presentado por el Ministerio de Economía fechado en julio de 2013 daba cuenta que a esa fecha ya se habían ejecutado cuatro embargos.

El informe fue elaborado “para conocer el punto de vista de los solicitantes del crédito respecto a cómo fue el proceso de solicitud y otorgamiento del crédito y los cambios que se dieron en sus negocios a partir de haber solicitado el crédito”.

El estudio también buscaba obtener información sobre el éxito o fracaso que han tenido los proyectos de los beneficiarios con el crédito Fidenorte.

Varios son los proyectos que fracasaron en pocos meses. Además de empresas ganaderas y de turismo también hay casos de horticultores que en pocos meses cayeron en mora.

Este es el caso de Antonia del Carmen V.C., quien en 2010 inició un proyecto de cultivo de hortalizas en el caserío Los Romero, del cantón Miramundo, municipio de San Ignacio, Chalatenango.

Antonia del Carmen obtuvo dos créditos que juntos sumaban un millón de dólares, con lo cual construyó 27 invernaderos en los que producía diversas hortalizas que entregaba a dos grandes cadenas de supermercados.

Al principio, ese proyecto era muy publicitado por Fomilenio, como muestra del desarrollo que estaban inyectando en la Zona Norte.

Pero al cabo de pocos meses de operación, vino la ruina. A la mujer le embargaron no menos de cinco inmuebles y una bodega que construyó para empaquetar las hortalizas.

El Diario de Hoy intentó contactar a Antonia de Jesús, pero fue imposible. Sin embargo, en Miramundo, no son pocos quienes conocen del caso, pues la ruina del proyecto también afectó a pequeños productores de la zona, a quienes tampoco pudo cancelarles sumas entre mil y dos mil dólares, pues Antonia de Jesús también acopiaba hortalizas para cumplir con la cuota contratada por los supermercados.

“Para un agricultor de aquí, dos mil dólares es mucho dinero. Eso es lo que prestamos para producir. Ahora nos están presionando para que paguemos. Ahí vienen a decir que nos van a embargar todo”, aseguró a El Diario de Hoy , un agricultor de Miramundo que asegura que obtuvo un crédito de una caja de crédito para producir las hortalizas que Antonia del Carmen no logró cancelarle.

¿Qué los llevó al fracaso?

Varios de los afectados expusieron lo que consideran las causas por las cuales algunos han perdido hasta propiedades y otros están bajo amenazas de embargo.

De acuerdo con los beneficiarios de Fidenorte, Fomilenio pagó a especialistas (consultores) en negocios para que los asesoraran en cuanto a la viabilidad de los proyectos que cada cual presentaba.

“Algunos falsearon datos con tal de que les pagaran y continuar como asesores”, indicó un afectado. En otras palabras, algunos fueron engañados en el sentido de que les dijeron que sus proyectos tenían grandes posibilidades de éxito.

Los créditos deberían ser pagados en un plazo de cinco años con cuotas escalonadas. Es decir, para un crédito de poco más de cien mil dólares, el primer año deberían cancelar una cuota de mil dólares; en el segundo año, la cuota sería de mil 500; el tercer año, de dos mil 800 dólares y así sucesivamente, iría aumentando la cuota considerando que conforme el tiempo transcurría, los proyectos serían cada vez más rentables.

Al término de los cinco años, a los deudores les quedaba una “cuota balón”, es decir, según explican, que al terminar los cinco años, deberían cancelar en un solo pago, el monto que aún tuvieran pendiente.

“Es mentira que un proyecto que comience de cero va a generar ganancias para cubrir los gastos de operación y pagar la cuota del crédito”, afirmó un desencantado emprendedor que desde hace varios meses solo está pagando parte de la cuota a que está obligado.

Sin embargo, a muchos beneficiarios les retrasaron los desembolsos y, consecuentemente, ellos se atrasaron en sus proyectos, pero el plazo para cancelarlo continuaba corriendo, incluso sin que los negocios o empresas entraran en funcionamiento.

Algunos deudores de Fidenorte, para poder concluir sus proyectos o para ajustar el dinero de las cuotas, debido a que con sus incipientes negocios no alcanzaban a reunirla, tuvieron que tomar otros créditos con otras instituciones financieras.

Muchos se han acercado a Bandesal para ver la posibilidad de que les amplíen el plazo de pago u optar por un refinanciamiento. Sin embargo, ellos afirman que esa entidad bancaria les ha dicho que no les pueden facilitar ninguna de ambas opciones.

De acuerdo con algunos afectados, la salida más viable que les han ofrecido es buscar refinanciamiento con microfinancieras u otros bancos.

De hecho, el pasado 20 de noviembre, al menos una decena de microfinancieras, varias de las cuales pertenecen al mismo Estado, realizaron una especie de feria de servicios financieros para los deudores de Fidenorte, según constató EDH.

Informe confirma penurias

El informe elaborado por el Ministerio de Economía, titulado Acuerdo MCC Informe Final, revela que hay gente a la que le han embargado sus bienes y se explica por qué los emprendedores fracasaron en sus negocios.

“Los entrevistados solicitan a Fomilenio apoyo y les sugieren que formen un comité de asistencia para verificar los avances de los proyectos y piden buscar una forma de pago más accesible, ya que, en algunos casos, los ingresos que están teniendo por el negocio son menores al monto de las cuotas que están pagando y tienen que recurrir a préstamos personales para lograr pagar las cuotas del crédito Fidenorte en el mejor de los casos y aquellos que no pueden optar por otro crédito están ahorita en una situación de embargo de sus propiedades (4 beneficiarios)”, reza el punto cuatro del apartado número 6: Lecciones aprendidas.

El informe también consigna que “Beneficiarios del crédito Fidenorte expresan que Bandesal no debería ser solo un ente cobrador, sino también servir como apoyo para todos aquellos que tienen un crédito como el de Fidenorte, que lo que pretende es ayudar a mejorar la producción y aumentar el empleo de los residentes de la zona norte; por lo que los beneficiarios declaran que Bandesal debería de contar con personas con experiencia en cada rubro para llevar un acompañamiento total del negocio”.

¿Qué dice Bandesal?

Funcionarios de Bandesal explicaron que en el caso de las personas que obtuvieron créditos de Fidenorte y que atraviesan problemas para cancelarlos, el banco, en su papel de fiduciario, está atado a las obligaciones que dicta un contrato con Fomilenio, una de las cuales es la de hacer las gestiones de recuperación judicial o extrajudicial de los créditos otorgados.

Asimismo, dijeron que esos créditos no se concedieron con fondos de Bandesal y que, por tanto, no pueden decidir sobre ese dinero más allá de lo que dicta el contrato entre Fomilenio y Bandesal como fiduciario.

Según Bandesal, el plazo del fideicomiso vence en 2016, por lo que las opciones de refinanciamiento no se pueden presentar debido a las reglas establecidas por Fomilenio.

“Abran bien los ojos”

Quienes ya han perdido sus viviendas u otros inmuebles que dieron en garantía hipotecaria, están conscientes de que poco o nada pueden hacer para revertir esas circunstancias; quienes han caído en mora piden a los diputados y al gobierno en general que no los abandone, que así como anduvieron convenciéndolos de que tomaran los créditos, ahora deberían otorgarles planes de pago favorables.

Pero, por sobre todo, los afectados creen que es bueno decirles a los habitantes de la zona costera salvadoreña, donde será ejecutado el Fomilenio II, que abran bien los ojos para que a la vuelta de dos o tres años, no vayan a pasar por las aflicciones que decenas están viviendo con los créditos del primer Fomilenio.

Una persona a quien hace algunos meses Bandesal le mandó una carta en la cual le decía que tenía 30 días para desocupar la casa, cree que solo fueron utilizados para poder vender el proyecto como algo exitoso y que en realidad ayudaría al desarrollo de los habitantes de la Zona Norte.

Pero a más de tres meses de andar alquilando vivienda, la persona afectada mantiene el negocio para el que obtuvo el crédito, solo que ya no tiene empleados, es manejado por su propia familia, porque los ingresos a penas logran cubrir los gastos de operación.

Una fabrica de hielo en el municipio de El Paraíso, una planta procesadora en el municipio de Tejutla; talleres de carpintería, proyectos de horticultura en la zona de Las Pilas, siempre en Chalatenango, son solo algunos de los que han sido embargados.

Pero muchos temen que el próximo año la situación se vuelva más crítica, pues, según los contratos de crédito, les cuotas de los mismos se duplicarán. “Si ahora que pago mil 800, no alcanzo a pagar la cuota, imagínese cómo voy a hacer a partir de enero del 2015, cuando me toque pagar tres mil 500”, aseguró un ganadero con evidente preocupación.