San Miguel vibró al ritmo de su gran carnaval

Desde muy temprano, miles de personas se tomaron las calles migueleñas para esperar el paso de las carrozas, desfile con el que se abre, por tradición, la fiesta en la que por una noche todos son iguales, ricos y pobres, cheles y prietos, hembras y machos... puro carnaval

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San Miguel vibró al ritmo de su gran carnaval

Por Jenny Ventura / Lucinda Quintanilla / C. Segovia

2014-11-30 6:30:00

Ayer por la noche, miles de personas disfrutaron de la fiesta más grande de Centroamérica, esa que con orgullo los migueleños llaman “el carnavalón”, esa que convoca a miles de salvadoreños cada año, esa, que por una noche, permite que todos los asistentes olviden sus penas y problemas porque “no hay más lugar que San Miguel en carnaval”.

La fiesta de cierre, en el marco de los festejos a la Reina de La Paz, a la que asistieron más de 800 mil personas, según estimaciones del alcalde migueleño, Wilfredo Salgado, inició con el desfile de carrozas en las que se desplazaron las reinas de barrios, colonias e instituciones públicas y privadas, a las 7:00 de la noche.

El desfile se desplazó por la Avenida Roosevelt, pasó por la Cuarta Calle Poniente hasta llegar a la zona de catedral.

Durante el recorrido, hubo espacio para varios políticos, para no desaprovechar el año preelectoral.

Se observaban banners con los rostros de Will Salgado y su hermana, Sandra, diputada por GANA y candidata a la reelección, en cada escenario ocupado por los grupos contratados.

Igual, el PDC tuvo su espacio y su candidato a la comuna por San Miguel, Omar Ruiz, se dejó ver con su chaleco del partido. Mientras, entre las carrozas iba una de Democracia Salvadoreña y otra del Cambio Democrático, en el que viajaban los candidatos a diputados de esa institución por San Miguel.

Miles de personas presenciaron el paso de los carros alegóricos y tras el último, en el que se desplazó la reina del quincuagésimo sexto carnaval, Mireya Álvarez, inició el fiestón en el que participaron 70 agrupaciones.

Las calles migueleñas se tornaron un mar de gente. Filas de salvadoreños y extranjeros iban y venían en las más de 40 calles de fiesta, en busca de su ritmo musical para escoger entre cumbia, merengue, del recuerdo y rock, entre otros géneros. Hubo gran presencia policial y soldados.