Ricardo Ayala Durán, de 20 años, fue asesinado ayer a 200 metros del centro educativo donde estudiaba, en la colonia La Trinidad, en San Bartolo, Ilopango.
Según la Policía, la víctima, cursaba octavo grado, vestía el uniforme del centro estudiantil La Novena y portaba su mochila con cuadernos.
Un agente explicó que dos pandilleros ya lo esperaban en la calle Circunvalación, por donde pasaría para llegar a la escuela.
El joven estudiaba en la misma colonia y su cadáver quedó a pocos pasos de su casa.
El fiscal del caso afirmó que Ayala Durán tenía un tatuaje con el número 18 en la espalda, por lo que no descartan que compinches suyos lo habrían ultimado. Recibió entre cuatro y seis balazos.
Con el asesinato de Ayala Durán, ya son tres personas ultimadas en tres meses en el centro urbano San Bartolo, dijo un agente. En los tres casos, sospechan que fue la misma pandilla la que los asesinó, aparentemente, por un ajuste de cuenta, incumplimiento de órdenes o por no entregar al cabecilla de la pandilla la extorsión cobrada a las víctimas.
Tres policías han sido destacados en ese sector para brindar seguridad a más de 30 comunidades.
Con Ayala Durán ya son 27 los estudiantes que han sido asesinados durante el año escolar 2014.
Matan a cinco menores de edad
Dos adolescentes de 15 años fueron asesinados en Santa Ana y otros dos menores fueron heridos de bala en Mejicanos y uno más pereció al enfrentarse con unos policías en Usulután.
Las víctimas, de 15 años, eran primos. Sus familiares los reportaron como desaparecidos el martes y sus cadáveres fueron hallados, la tarde de ayer, en el cantón Potrero Grande Arriba, en Santa Ana.
Hasta las 7:00 p.m., no los habían identificado. Solo se conoció que ambos salieron a cortar café a la finca San Cristóbal pero no regresaron.
Horas antes, una adolescente de 14 años y otro de 16 fueron lesionados de bala en San Ramón, Mejicanos.
Las autoridades informaron que solo una de las víctimas se encuentra en estado grave, la otra presentó heridas leves.
La noche del martes, Cristian Herrera, de 16 años, murió tras atacar a policías en la isla de Méndez, Usulután.
Los agentes se defendieron y lo mataron en defensa propia. Cuando inspeccionaron el cadáver, le en hallaron en el pantalón una pistola 45 milímetros y cartuchos para escopeta.
La madre de Herrera reconoció que a él lo mataron porque era de la mara Salvatrucha.
Los registros de Medicina Legal reflejan que en octubre se cometieron 295 homicidios en el país, con un promedio diario de 10.