Intolerancia de hombre acabó con vida de vecino

Familia de víctima demanda justicia y que se aplique la máxima pena de prisión al responsable

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Luis Angel Barrientos junto a cuatro de sus sobrinos. La víctima se preparaba para emigrar a Estados Unidos. foto EDH / Cortesía

Por David Marroquín nacional@eldiariodehoy.com

2014-11-13 9:00:00

Luis Ángel Barrientos Vásquez aspiraba a convertirse en ingeniero electrónico. Recién se había graduado de técnico en Computación, luego de haber probado suerte como agente de la Policía Nacional Civil (PNC) y como custodio penitenciario.

Estaba en los trámites finales para emigrar legalmente y con la ayuda de una hermana, a Estados Unidos, donde estudiaría Ingeniería Electrónica.

Sin embargo, todas esas metas y anhelos se quedaron en sueños imposibles de hacerse realidad.

Luis Ángel se convirtió en una víctima de la intolerancia de un vecino con quien compartió su infancia en la colonia La Rábida, en San Salvador.

Luis murió el 23 de agosto pasado en el hospital San Rafael de Santa Tecla, La Libertad, después de haber sido baleado el 2 de mayo pasado, aparentemente por Milton Ernesto García García, con quien se conocían desde pequeños.

Ahora, Milton, un deportado de Estados Unidos por problemas con la justicia estadounidense, es acusado de haber asesinado a su amigo de infancia tras dos años de una conflictiva relación entre sus familias, derivada de la denuncia de la madre de la víctima, en contra de Milton, por una supuesta violación sexual a una mujer.

Luis Ángel, quien tenía 36 años de edad, no murió el día del ataque sino que tuvo que sufrir un calvario de tres meses entre condiciones críticas de salud y mejoras, hasta empeorar y morir el 23 de agosto pasado en el hospital San Rafael de Santa Tecla.

Lo irónico es que murió la madrugada del día en el que un avión hospital llegaría desde Estados Unidos para llevárselo a ese país, donde continuaría su tratamiento médico.

El avión había sido fletado por su hermana Marilyn Ovaise, quien reside en ese país.

Luis tenía una visa humanitaria que le permitiría viajar para ser tratado en el hospital Baylor en Estados Unidos.

Lo ataca por pedirle que dejara en paz a su madre

Consta en el requerimiento fiscal que la tarde del 2 de mayo pasado, Luis Ángel regresaba a su casa situada sobre la 35a. Calle Oriente de la colonia La Rábida y se encontró con Milton Ernesto sentado en una grada de su vivienda.

Luis Ángel se le acercó y le dijo que “por favor le tuviera paciencia a su mamá, porque era una señora de 60 años”.

Sin embargo, Milton Ernesto se puso de pie y de forma repentina sacó una pistola y le disparó a la altura del pecho. La víctima cayó dentro de la casa de su atacante y luego Milton le disparó por segunda ocasión cuando ya Luis Ángel estaba en el suelo.

Se señala en la acusación fiscal que Milton Ernesto y su esposa Vilma de García arrastraron el cuerpo hacia afuera de la casa.

La madre de Luis Ángel, al escuchar los disparos, salió de su casa, vio a su hijo en el suelo y llegó a auxiliarlo, según relata el abogado acusador Ricardo Peñate.

“¿Qué te pasó?”, le preguntó la madre, y Luis Ángel le respondió : “Mamá, mamá, me pegaron”. Ella le preguntó: “¿Quién fue”. Y él respondió: “Milton”, según relató Peñate.

En ese momento pasaba circunstancialmente una patrulla de policías, la cual lo llevó al hospital Rosales.

Al llegar otros policías al sitio del hecho, observaron que el supuesto agresor, su esposa y una empleada lavaban la sangre con agua y cloro.

A la empleada los policías le quitaron dos casquillos de bala, que ella escondía en una mano.

Los policías arrestaron a Milton Ernesto, a su esposa y a la empleada bajo cargos de “fraude procesal” (alterar la escena del crimen) y encubrimiento.

Seis días después, los tres salieron libres, pero las autoridades judiciales les impusieron medidas de conducta.

Sin embargo, en ningún momento las autoridades acusaron a Milton Ernesto de intento de homicidio. No fue hasta que una hermana de Luis puso la denuncia en la Fiscalía que iniciaron las investigaciones.

Tras recabar los indicios necesarios de la supuesta responsabilidad de Milton Ernesto en el ataque contra Luis Ángel, la Fiscalía ordenó que fuese capturado y la Policía lo arrestó el 2 de junio pasado.

Actualmente, el imputado se encuentra detenido en las bartolinas policiales de Montserrat, donde ayer se le realizó la audiencia preliminar (previa al juicio) por el homicidio de su amigo y el juzgado Tercero de Instrucción decidió que deberá ir a juicio.

Desaparecen evidencias

Lo que ha cuestionado el abogado acusador, Ricardo Peñate, es la supuesta pérdida de evidencias, como las fotografías del sitio donde se registró el ataque, los casquillos que se supone recogieron los parientes del imputado y otras pruebas que podrían ser útiles para la acusación en contra de Milton Ernesto.

“Parece extraño que la Policía ha perdido las fotos y (el acta de) la inspección ocular del día de la escena no está. Con el fiscal fuimos a buscarlas y no aparecen. Tampoco aparecen los casquillos y la bala”, dijo el abogado Peñate.

También lo que llama la atención del abogado es que el hospital San Rafael emitió “una certificación médica en la que se hacía constar que la salud de Luis Ángel era estable y había mejorado, pero (el hospital) la emitió un día y medio antes de que él muriera”.

El abogado explicó que se había pedido esa constancia al hospital, para solicitar al juzgado que se la recibiera en su declaración anticipada, ante la posibilidad de que el joven muriera.

Peñate dijo que la autopsia de Medicina Legal estableció que Luis Ángel murió por una septicemia, una infección en todos sus órganos que resulta potencialmente mortal.

Se rompe la amistad entre las familias El conflicto entre las dos familias inició hace unos dos años, cuando la madre de la víctima denunció una supuesta violación de una mujer en la casa de Milton Ernesto, quien se supone se dedicaba al tráfico ilegal de personas hacia Estados Unidos.

“A raíz de eso, el imputado agarró enojo con la madre del ahora fallecido. Desde entonces le decía “vieja loca”, le tiraba piedras, le quebraba los vidrios y las tejas, le echaba la basura y le escupía cuando iba pasando, era una clara provocación”, aseguró Peñate.

El ataque, que derivó en la muerte de Luis Ángel, no fue el primero.

Dos años antes, Milton le dio varias patadas aprovechándose de que Luis caminaba con muletas, tras resultar golpeado en un accidente.

Sin embargo, Luis Ángel desistió de denunciarlo porque pensó que con el ataque, su vecino se había desahogado, y probablemente los problemas se terminarían. Pero no fue así.

Irónicamente, 15 años atrás, Luis Ángel auxilió al padre de su presunto victimario, tras sufrir un ataque armado, luego de aplicarle los primeros auxilios, conocimiento que adquirió siendo integrante de los boy scout. Desde los nueve años, Luis Ángel sirvió en esa entidad, donde alcanzó el máximo rango de “Caballero Boy Scout”.

Sus amigos lo recuerdan como una persona que le gustaba hacerle el bien al prójimo y que evitaba ser conflictivo.