San Esteban Catarina, al ritmo de música y pinceles

En la escuela "Cecilio Orellana" instruyen a niños y jóvenes en el mundo de la música

descripción de la imagen
Hace un par de años, estudiantes de diseño del Instituto Técnico Ricaldone les elaboraron esta maqueta. Solo han construido dos edificios.

Por Alexander Torres comunidades@eldiariodehoy.com

2014-11-02 7:00:00

Se imagina una mezcla de sonidos de violín, de violoncelo, guitarra, del agudo y a la vez fino saxofón, con el estruendo de las trompetas y el ruidoso compás de una batería o el imponente trombón. Todo eso, a la vez, es parte de lo que se puede escuchar al hacer un recorrido de fin de semana por la escuela de música Cecilio Orellana, en San Esteban Catarina.

Este municipio vicentino tiene una gran tradición musical y de pintores, por ello, la academia que dirige la fundación Fundeartes también da cabida a la escuela de pintura “Valero Lecha”, en honor al gran maestro español -formador de grandes artistas plásticos en el país- quien falleció en San Salvador en 1976.

El proyecto de la escuela de música nació hace 25 años –en noviembre celebran aniversario- con la única idea de trascender el gusto, conocimiento y el amor por la música que se respira en las calles del municipio y de ser una válvula de formación para niños y jóvenes. La administración de este ambicioso proyecto está a cargo de la Fundación Educativa para las Artes de San Esteban Catarina, Fundeartes.

Y como no podía ser de otra forma, la escuela lleva el nombre de un grande, Cecilio Orellana (estebano, 1908-2007), quien fue uno de los mejores alumnos del maestro paraguayo Agustín Barrios Mangoré, y en la misma academia le rinden tributo en un minimuseo a otros maestros como Esteban Servellón, Domingo Santos y Francisco Navarrete, personajes que formaron parte, en su momento, de la orquesta Sinfónica Nacional y de otras orquestas vicentinas o grupos musicales.

Actualmente, en los salones del que se proyecta como un complejo de artes (ver maqueta), atienden a niños y niñas en diferentes grupos, “que de acuerdo a la inscripción, rondan los 100 y respecto a las edades, tenemos desde los 8 años”, afirma Amílcar Acevedo, presidente de Fundeartes.

Alentados por un equipo de 15 profesores, los fines de semana son de total aprendizaje en solfeo, percusión o en dibujo con carboncillo o de trazos sobre lienzo o tela para jóvenes y niños que, de otra forma, pudieran estar en terreno fértil para la delincuencia.

San Esteban destaca, además, por sus telares y colchas multicolores, por su tranquilidad y porque los jóvenes o están en la escuela o en diferentes actividades de formación personal o deportiva.

Los maestros reciben su salario por servicios profesionales y cubren esos gastos con los fondos provenientes de la Secretaría de Cultura de la Presidencia, “es un salario mínimo, y ?ad honorem? funciona la junta directiva”, detalla Acevedo.

La idea de esta fundación es un día llegar a ser el semillero para artistas de diversas ramas para todo el país. Por ello, ya han impartido cursos o seminarios en diferentes periodos, de clases de teatro, escultura, danza y poesía. Pero ante la adversidad presupuestaria, ahora prevalece la enseñanza de la música, dibujo y pintura.