Más de un centenar de sindicalistas de la Asociación de Trabajadores Municipales (Astram), de la alcaldía de San Salvador, entregaron al edil Norman Quijano un reconocimiento por la labor ejecutada en los seis años que lleva al frente de la comuna.
Los sindicalistas llegaron puntuales a la actividad, la que tomó por sorpresa al alcalde, quien manifestó que no se esperaba un “reconocimiento de tal magnitud”.
El presidente de la asociación Astram, Rolando Castro, destacó las obras de la gestión de Quijano y aplaudió la “transformación” que ha tenido la capital en los últimos años.
“El alcalde Quijano encontró la alcaldía con un gran desorden, con problemas de basura, con pocos lugares de recreación; eso no lo detuvo y siguió hasta convertirla en lo que ahora es”, recalcó Castro.
Su compañero, el secretario de finanzas de Astram, Alfredo Cartagena, también se enfocó en los logros de Quijano.
“Quiero ser breve, aunque no es lo adecuado, porque hay tantas cosas que decir del alcalde, pero todo se resume en el gran trabajo que ha hecho, es un líder que donde quiera que nos encontraba nos saludaba”, comentó el secretario.
Llegó el turno de Quijano y empezó su discurso con una frase que llamó la atención de los presentes, “este día se ha roto un paradigma (…) todo lo bueno que hemos cosechado es gracias al apoyo de más de cinco mil empleados. Sin ustedes no hubiesen sido posibles tantos logros”, mencionó.
El evento se tornó emotivo cuando los aglutinados en Astram interrumpieron el discurso del edil para abrazarlo.
Pero no paró allí, ya que muchos decidieron tomar el micrófono y enumerar lo que Quijano ha hecho en sus comunidades y en su zona de trabajo.
“Ningún alcalde se ha preocupado tanto como él. Ha estado tan pendiente de nuestros uniformes, nuestro lugar donde trabajamos, la infraestructura y todo. Ni tenemos más que agradecerle”, dijo una de las agremiadas.
Otro sindicalista aplaudió la entrega de la canasta solidaria, la cual fue una iniciativa del jefe municipal.
La actividad culminó con abrazos, palabras de ánimo por el quehacer del alcalde y uno que otro le pidió una fotografía para el recuerdo.
“Lo vamos a extrañar”, le repetían los que se acercaron.