Acusan a militar de matar a vecino en caso de intolerancia

Según testigos, la mujer del exmilitar le ayudó llevándole una pistola. Ambos huyeron después del hecho. Podrían haber escapado a Guatemala

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Parientes y amigos dieron el último adiós al abogado Juan Alberto Pichinte, asesinado en Cojutepeque. Foto EDH / René Quintanilla

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2014-10-29 7:00:00

Juan Alberto Pichinte Hernández, de 43 años, fue acribillado a balazos la tarde del lunes anterior, frente a sus hijos. El atacante le dio un tiro de gracia en la cabeza cuando la esposa de la víctima lo sostenía en sus brazos tratando de auxiliarlo.

Con más de cuatro disparos, fue trasladado con vida hacia el hospital de Cojutepeque pero siete horas después murió, según comentaron ayer varios de sus parientes.

El hecho sucedió en la colonia Vista Hermosa II, de la ciudad de Cojutepeque, departamento de Cuscatlán, donde residían tanto el abogado como el agresor, supuestamente un militar retirado quien, según testigos del crimen, fue apoyado por su mujer para que cometiera el homicidio.

Los problemas entre el abogado y el exmilitar comenzaron en diciembre pasado, cuando este último, de unos 70 años, según vecinos de la colonia Vista Hermosa II, les lanzó agua a varios niños que jugaban en bicicleta, incluyendo entre estos, a un hijo de Pichinte Hernández.

Los vecinos identifican al atacante del abogado solo como Santiago y a su mujer como María.

En el polígono A y B de la colonia Vista Hermosa no dan buenas referencias de Santiago. Algunos resumen así su mal carácter: si alguien lo saludaba él no contestaba y si él saludaba y no le contestaban, se descosía en insultos.

Algunos vecinos recuerdan que justamente el lunes por la mañana, Santiago hizo una maniobra amenazadora a unos soldados que se desplazaban en la calle de la colonia. Los militares se detuvieron, pero cuando él se bajó del auto les dijo que había sido coronel. Aquellos le respondieron con un “está bueno”.

Ese hecho lo presenciaron varios vecinos que, según dicen, jamás imaginaron la tragedia que horas más tarde enlutaría a una familia.

La mujer le alcanzó la pistola

De acuerdo con parientes del abogado, fue a la hora de almuerzo cuando Santiago comenzó con los insultos. La casa de la víctima y la de Santiago están frente a frente pero la calle es un poco angosta. A Santiago no le gustaba que el abogado estacionara su auto frente a su vivienda porque eso implicaba que Santiago debía hacer varias maniobras para salir de su cochera.

El abogado mandó a su hijo a que moviera el auto unos metros para evitarse molestias. Antes le recomendó al muchacho que si el vecino le decía algo, que lo ignorara. Dicho y hecho.

Sin embargo, poco después de la 1:30 p.m. Pichinte Hernández salió de su casa y acercó un poco el auto a su casa, pues su hijo lo había aparcado unos 20 metros distante.

En el lugar donde el abogado estacionó el carro estaba como a cinco metros de distancia de la casa de Santiago; sin embargo, cuando el profesional se disponía a regresar a casa, vio a su vecino que lo insultaba.

En un santiamén, la mujer del exmilitar apareció con una pistola y se la dio a su marido. Los vecinos afirman que solo vieron al abogado cerrar la puerta del auto, levantó ambas manos y alcanzó a gritar “no, con pistola no”.

En el acto, el exmilitar le asestó un balazo en un hombro. Pichinte Hernández cayó al suelo. El agresor le disparó otra bala en el abdomen según familiares.

La esposa del abogado salió de casa a auxiliar a su marido, lo tomó en sus brazos pero Santiago todavía se atrevió a dispararle un tiro más en la cabeza. Por fortuna, no hirió a la mujer ni a ninguna otra persona.

“Eso les pasa por meterse conmigo”

Algunos vecinos aseguran que con aparente tranquilidad, Santiago volvió a su casa, echó llave en las puertas y junto a su mujer huyeron de la escena del crimen en la camioneta que tenía.

La Policía llegó aproximadamente cinco minutos después de ocurrido el hecho, pero ya Santiago había escapado. Algunos vecinos creen que tiene una hermana en Guatemala, pues a veces para allá se iba a vacacionar; eso les hace pensar que podría haber huido hacia ese país.

Pichinte Hernández deja cinco hijos en la orfandad. De acuerdo con parientes, ya tenía varios años de que, además de ser abogado, también se dedicaba a la compra y venta de vehículos.