Escuela Panamá aún no ve cumplido su sueño

La construcción, que también favorecerá a otros dos centros vecinos, inició en julio 2013, pero ha tenido tropiezos

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Según informe de la OIR, del Mined, las obras constructivas tenían un 42.3 % de avance hasta el dos de octubre. Foto EDH / Huber Rosales

Por Susana Joma servicios@eldiariodehoy.com

2014-10-18 7:00:00

Después de diez años de espera, la comunidad educativa del Centro Escolar República de Panamá podría ver, pronto, cumplido su sueño de tener una escuela bonita.

Por el momento, están a la expectativa de que la empresa que ejecuta la construcción de las instalaciones, ubicadas al nororiente de la capital, concluya su labor tras quince meses de haber iniciado las obras y luego haberlas detenido en más de una ocasión.

La directora del Centro Escolar, Yanira Elizabeth Barrientos de Villalta, expuso que los trabajos iniciaron hace quince meses y están retrasados, ya que, inicialmente, les dijeron que las instalaciones las entregarían terminadas el 2 de febrero de este año, pero luego pospusieron varias veces la fecha.

A fines de septiembre pasado, la comunidad educativa había entrado en desesperación debido a que trabajan hacinados en aulas provisionales, algunas de las cuales no tienen luz y están a punto de sucumbir.

Para el centro Escolar República de Panamá, tener edificio es clave porque eso les permitiría, entre otras cosas, contar con aula de informática.

Según lo expuesto por la profesora, debido a que no tienen un espacio específico para ello, la Embajada de Panamá aún no les ha entregado un equipo informático que les donó hace cinco años.

De acuerdo con datos proporcionados por la Oficina de Información y Respuesta (OIR), del Ministerio de Educación (Mined), a través de la solicitud 3-2909/2014, en la actualidad se ejecuta el Proyecto Construcción de Infraestructura de Primera Etapa Complejo de Centros Escolares: Escuela Griselda Zeledón, Centro Escolar República de Panamá, Centro de Educación Inicial Medalla Milagrosa. Todos, vecinos.

Según la documentación dada por la OIR, el proyecto está a cargo de la empresa MALMEX S.A. de C.V. por un monto de 463, 542.03 dólares. Mientras la supervisión de la misma está en manos de la Consultora ARINQO, S.A. de C.V. por un valor de $18,900 dólares.

La garantía de cumplimiento de contrato es por un monto de 55,635.04.

Los datos provistos a través de esa oficina indican que la orden de inicio de ejecución del proyecto fue a partir del 9 de julio de 2013, y la fecha estipulada para finalizarlo era el 16 de octubre de este año.

Actualmente la ejecución de la obra continúa, puesto que pidieron cuatro prórrogas.

Pero mientras llega el fin de los trabajos, la necesidad de espacio en la escuela, ha sido tal, que han dividido una de las aulas provisionales para que funcione un salón de clase y la cocina, simultáneamente. Además, se vieron obligados a habilitar secciones en uno de los edificios a media construcción.

De Barrera dijo que, debido a tanta incomodidad, desde marzo a la fecha se retiraron 103 alumnos, ahora han quedado 225.

“Ya nos quedaron los que han aguantado realmente, porque si usted ve aquí, como que ha habido un tsunami. Desde primero hasta noveno (grado) ha habido deserción”, precisó la directora.

La Oficina de Información y Respuesta expone, en su informe, que la empresa constructora ha solicitado cuatro prórrogas: 20 de enero, 25 de marzo, 5 de mayo y 4 de julio de este año.

En la primera prórroga, la empresa argumentó que tuvo que cambiar la programación porque las lluvias que cayeron entre agosto y noviembre del año anterior saturaron el área de trabajo. En la segunda oportunidad se hizo alusión a que la presencia de la población estudiantil obligó a trabajar en forma parcial el pabellón a rehabilitar, entre otros.

Para la tercera suspensión, la firma constructora planteó que tenían atrasos en la ejecución del proyecto debido a la falta de recursos financieros. La cuarta prórroga fue por la misma causa.

“Ha tenido atrasos en la ejecución del proyecto debido a la falta de recursos financieros, lo que ha generado inconvenientes en la programación del trabajo, ya que la empresa constructora no cuenta con los fondos suficientes para poder invertir en el proyecto”, se lee en el documento de la OIR.

En el mismo escrito, se expone que las obras se han detenido en dos oportunidades: del 1 al 14 de julio de este año, debido a dificultades financieras y problemas con el sindicato, y del 18 de agosto al 16 de septiembre, pero que un día después reanudaron algunas actividades como la elaboración de defensas.

La información brindada, por la mencionada oficina, señala que al 25 de septiembre de 2014 presentaba un avance del 40.88 %, sin embargo, debido a la reanudación de actividades, el avance físico al 2 de octubre de 2014 era del 42.3 %.

La inquietud por el proyecto también es compartida por los profesores de la escuela Zeledón, que llevan años esperando tener escuela con acceso propio y donde las obras han estado más rezagadas.

Por el momento, ellos también están en condiciones de hacinamiento.

Eso obliga a que dos maestros trabajen, simultáneo, en el mismo salón, que la sala de cómputo sea utilizada, también, como cocina y almacén, y que los talleres de panadería funcionen en aulas.

“Se nos dijo que iba a estar allá por noviembre del año pasado. De allí cambiaron la fecha, que lo iban a entregar en febrero, de allí dijeron que en marzo, de allí volvieron a cambiar la fecha, que lo iban a entregar en febrero, de allí que en marzo y volvieron a mover la fecha”, expuso un profesor de la escuela de sordos.

Cuando llueve, los estudiantes de la escuela Zeledón tienen problemas para ingresar al centro porque la cancha de la Escuela Panamá, que es su único punto de acceso, se inunda.

La Zeledón también se ve afectada porque el lodo que se ha generado con las obras de construcción obstruye constantemente los desagües de las aguas lluvias y provoca que los salones se inunden.

“Hay fosos que se hacen por los hoyos, por todo eso abandonado y ahora que tenemos eso del chikunguña nos está afectando porque son focos de zancudos. Son tres (casos de enfermos) semanales entre la población estudiantil y docentes”, agregó.

¿Pero qué dicen las autoridades del Ministerio de Educación al respecto?

La Directora departamental de Educación, Liliam de Benavides, quien fue una de las impulsoras del proyecto, expresó que ella no estaba muy conocedora de la problemática porque eso le corresponde al área de infraestructura de la cartera de Estado.

“Se hizo una reunión con ellos y me decían que los administradores de contrato le habían puesto como una… No sé si había problemas con la empresa… Ye entonces allí no sé el proceso, ni como va la situación, porque entiendo que la empresa no cumplió, pero no tengo mayores detalles”, respondió De Benavides cuando fue consultada.

Pese a tanto tropiezo en el informe provisto por la OIR, se deja claro que Educación no ha iniciado ningún proceso sancionatorio en contra de la empresa constructora a la fecha, ya que se encuentra vigente el plazo de ejecución de la obra.

¿Qué dice la empresa constructora MALMEX?

El ingeniero Mario Aguirre, representante de la compañía, explicó que los retrasos están vinculados, principalmente, a la falta de pago por parte del Gobierno; pero aseguró que por el 28 de noviembre de este año estaría terminado.

De acuerdo a lo externado por Aguirre, firmó contrato para la ejecución del proyecto en 2012, pero se tardaron ocho meses en darle la orden de inicio de las obras.

Según explicó, cuando él ganó la licitación el proyecto que favorecería a las tres escuelas tenía seis años de haber sido planteado.

Inicialmente, el Gobierno planeó invertir cinco millones de dólares, luego redujo el monto a dos millones y medio, para finalmente definirlo por un poco más de 400 mil dólares porque le fueron haciéndole modificaciones que implicaron la reducción del monto.

Aguirre sostuvo que la idea era iniciar la construcción de la Escuela Zeledón, la parte más complicada, pero eso generó oposición de los profesores y padres de familia de la Escuela Panamá, que afectó el inicio de las obras. Lo mismo se vivió con la comunidad educativa de la Zeledón.

“Vine yo y logré un consenso con la gente y por eso se desarrolló, primero, el edificio de la Panamá”, aseguró el constructor, sin dejar de advertir que también ha hecho varias intervenciones para mejorar el centro educativo de Sordos. Ahora están en espera que les autoricen otros cambios dentro del proyecto.

“Ahorita estamos haciendo unos cambios que ha generado la misma obra. Por las mismas dificultades generó unas órdenes de cambio que hasta ahorita no las han aprobado”, señaló, tras externar su temor de que la exposición de esto al púbico podía generar reacción desfavorable de parte del Ministerio de Educación y afectar el proceso.