Persiste violencia en la carretera al aeropuerto

La vía, principal ruta de ingreso al país para extranjeros y compatriotas, carece de seguridad

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Pie de foto texto espacio para texto pi texto o texto espacio para texra texto pi texto pie foto. foto edh / xxxxx xxxxxxxAlgunos tramos de la carretera son usados por delincuentes para abandonar cadáveres de sus víctimas. foto edh / Archivo

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2014-10-12 9:00:00

Cuatro meses y medio han pasado desde que seis pasajeros de un bus de la Ruta 302 fueran asesinados en el kilómetro 38 de la autopista al Aeropuerto Internacional de El Salvador —en San Luis Talpa, La Paz— y la arteria continúa siendo escenario de varios hechos de violencia.

La arteria carece de seguridad, a pesar de que es la principal ruta de entrada y salida al país para extranjeros y compatriotas, así como una importante vía que conecta decenas de municipios.

Según los registros del Fondo de Conservación Vial (Fovial) por esa carretera circulan a diario 45 mil vehículos.

Hace menos de un mes, en diferentes tramos de dicha arteria fueron ultimados dos hombres: el hermano de una jueza de San Vicente y el empleado de un comedor.

El homicidio del pariente de la funcionaria fue cometido el 15 de septiembre, en el kilómetro 13 y medio, cerca de la comunidad 10 de octubre, en San Marcos.

Juan Ayala Rivas, de 36 años, pereció dentro del carro en el que viajaba, tras ser baleado por desconocidos. En esa ocasión, las autoridades se negaron a brindar detalles sobre el hecho.

Tres días después, Willian Alberto Méndez, de 18 años, fue ultimado dentro de un microbús de la Ruta A-1, que hace recorrido entre Cuyultitán, La Paz, y el centro de San Salvador.

Varios delincuentes abordaron la unidad cuando circulaba en el kilómetro 27 de la referida autopista, en Olocuilta, y atacaron a balazos al joven.

Los familiares de Méndez manifestaron que lo mataron cuando se dirigía a trabajar en un comedor de la colonia Escalón, en la capital.

La víctima, según las fuentes, tenía varios meses de estar empleado en ese negocio, se dedicaba a repartir comida y a hacer oficios varios.

La mayor parte de hechos violentos fueron cometidos a plena luz del día, cuando cientos de automotores circulaban por la autopista.

Salvo en algunos casos, los responsables de cometer estos delitos no fueron arrestados y los casos han quedado en la impunidad.

Alertas de EE. UU. y robos a pasajeros

Tras una publicación de El Diario de Hoy (hecha el 7 de julio de 2013), donde se denunció una racha de asaltos a personas que circulaban por la carretera al aeropuerto de Comalapa, la Embajada de Estados Unidos alertó a sus ciudadanos a tomar precauciones para evitar ser víctimas del hampa.

La sede diplomática, a través de un comunicado difundido en su página web, con fecha 12 de julio de 2013, exhortó a sus conciudadanos que viajan, viven o trabajan en El Salvador a que transitaran por dicha vía solo de día; también les aconsejaba que no se detuvieran en el trayecto.

A raíz de la denuncia consular, la Policía informó que había incrementado los patrullajes en dicha autopista y para ello contaba con la colaboración de soldados de la Fuerza Armada.

Sin embargo, el dispositivo de seguridad se activó solo por unos días y nada más en algunos tramos de la carretera.

Por esos días, entre las víctimas de los atracos que documentaron las autoridades estaba una docena de empleados de una aerolínea, quienes viajaban en un microbús de transporte de personal y fueron asaltados en el kilómetro 22, en Santo Tomás.

Según el relato de testigos y el reporte policial, varios delincuentes que iban en un pick up colisionaron a propósito contra el transporte de personal para obligar al chofer a que se bajara a constatar los daños.

Los ladrones aprovecharon ese momento para acercarse hasta el microbús y despojaron a las víctimas de sus pertenencias a punta de armas.

Unos días antes de que los empleados de la aerolínea fueran asaltados, el pasajero de un autobús de la ruta 302, que circula entre San Salvador y Usulután, mató a balazos a dos delincuentes e hirió a otro para frustrar un robo.

Las víctimas relataron que los ladrones fingieron ser usuarios de la Ruta y abordaron el bus en Olocuilta, en el kilómetro 26 de la carretera al aeropuerto.

Tras haber avanzado varios metros, los hampones les empezaron a exigir sus pertenencias a los pasajeros.

Una de las víctimas sacó un arma de fuego y le disparó en defensa propia a dos delincuentes, quienes murieron de inmediato. El tercer sujeto resultó lesionado, pero logró escapar de la escena.

Cinco meses después, unos delincuentes dispararon desde un vehículo a empleados y comensales de un negocio en el pupusódromo de Olocuilta, un destino muy frecuentado por extranjeros que recién arriban al país.

En el atentado perecieron un cliente y una empleada del negocio, que está situado en la autopista que del aeropuerto conduce a San Salvador. Otros tres trabajadores del local resultaron heridos.

El tiroteo fue cometido a pocos metros de un puesto policial de la zona. A pesar de la cercanía, los atacantes no pudieron ser capturados.

Policías heridos durante emboscada

Los hechos violentos en la autopista al aeropuerto no se han limitado a los asesinatos. La osadía de los criminales los llevó disparar contra una patrulla policial en la que viajaban dos policías.

El atentado contra los agentes, quienes sufrieron lesiones pero sobrevivieron, fue registrado el 20 de abril, en el kilómetro 21, en la jurisdicción de Santiago Texacuangos.

Las autoridades informaron que las víctimas se dirigían a a una colonia de la localidad tras ser alertados de que unos hombres sospechosos rondaban la zona.

Se presume que el hecho se trató de una emboscada porque, en el trayecto, unos sujetos que estaba ocultos entre unos matorrales dispararon con armas de grueso calibre contra la patrulla.

Aunque minutos después del atentado hubo un operativo de búsqueda terrestre y aéreo, el deficiente alumbrado público y las condiciones del terreno impidieron a los policías dar con el paradero de los delincuentes.

Habían pasado seis días del ataque contra los agentes policiales cuando Francisco Bonilla —vigilante del mercado Central de San Salvador— fue asesinado a balazos en una parada de buses.

El hecho fue registrado en el kilómetro 11 y medio de la referida autopista, en la colonia Linda Vista, en Santo Tomás.

Un mes después, el 23 de mayo, varios pandilleros cometieron en la carretera al aeropuerto internacional el ataque más sangriento registrado por las autoridades.

Seis pasajeros de la Ruta 302, que hace su recorrido entre Usulután y San Salvador, fueron asesinados dentro de la unidad, cuando circulaba en el kilómetro 38 de la referida autopista.

Las investigaciones revelaron que entre las víctimas, cinco hombres y una mujer, estaban un investigador de la Policía y dos custodios del centro penal de Zacatecoluca, quienes se dirigían a trabajar.

El ataque, cometido a plena luz del día, en una zona industrial, estaba dirigido al policía y los empleados de Centros Penales, según el exministro Ricardo Perdomo.

Sin embargo, tras atentar contra ellos dispararon al azar contra el resto de pasajeros, dos de ellos murieron. El caso ha quedado impune.