El FMLN está en un proceso gradual de consolidación de poder

El analista de Políticas Públicas sobre América Latina en el Cato Institute considera que El Salvador está revirtiendo muchas de las exitosas reformas económicas del pasado y la situación no mejorará con el nuevo gobierno de Sánchez Cerén

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Sede del centro de investigaciones, en Washington DC.El analista aparece a la par de la primera edición de La Riqueza de las Naciones, de Adam Smith.

Por Gerardo Torres Twitter: @GerardoTots Especial desde Washington

2014-09-19 8:00:00

El rostro de Juan Carlos Hidalgo resulta familiar para miles de latinoamericanos que lo han visto en alguna de sus numerosas apariciones en CNN en Español, o en Al Jazzera. Sin duda, este académico costarricense es una referencia sobre temas latinoamericanos para diversos medios de comunicación. Es analista de Políticas Públicas sobre América Latina en el Cato Institute (Washington, D.C.) y está muy informado de la realidad de cada país latinoamericano. En esta entrevista con El Diario de Hoy, Juan Carlos Hidalgo hace un repaso a la situación política y económica de la región, pero ha puesto mucho énfasis en el Triángulo Norte de Centroamérica, especialmente en El Salvador.

En 2009, Juan Carlos Hidalgo escribió un artículo en el que mencionaba que El Salvador era un posible “tigre” de la región centroamericana, pero parece que las cosas han cambiado. Desde entonces a la fecha, El Salvador ha perdido posiciones en la mayoría de indicadores económicos. Sin embargo, este analista cree que, desde antes, se podía empezar a ver que el país estaba rezagándose y venía revirtiendo muchas de las exitosas reformas económicas que había implementado en el pasado.

El académico explica que El Salvador hizo muchas reformas importantes que le valieron no solo éxitos económicos, sino también sociales. “La pobreza era del 60 % en 1990 y había caído a un 34 % en 2006. Sin embargo, a partir del gobierno de Saca y empeorando con la llegada del FMLN al poder, empieza a revertirse el ímpetu reformista”, explica.

Además, Hidalgo considera que la confianza empresarial está por los suelos por la hostilidad del anterior gobierno de Mauricio Funes y específica: “Me comentaron que en el pasado Enade hubo un intercambio de palabras entre Jorge Daboub y Mauricio Funes que fue propio de Questions to the Prime Minister en Inglaterra, se dijeron de todo”. Sin embargo, el analista considera que este es un gobierno nuevo donde todavía existen ciertos formalismos y, aunque aún hay desconfianza mutua, la retórica ha cambiado. Ahora bien, falta ver hasta cuándo dura esta relación en esa dirección.

El otro gran problema del país es el deterioro fiscal, el cual, según Hidalgo, se está intentando frenar con repetidas reformas tributarias, pero no hay mejora. El país tiene la deuda pública más alta de Centroamérica, un 60 % del PIB, y el panorama es desolador para un país sin moneda propia y que cada vez está perdiendo más la confianza de los acreedores internacionales.

Este analista no cree que la situación mejorará con Salvador Sánchez Cerén al mando. Al contrario, se muestra preocupado porque considera que el FMLN está en un proceso muy gradual de consolidación de poder y que parece un boa constrictor que tiene sujeta a su víctima y que la va apretando poco a poco. Además, cree que la mayor piedra en el zapato del proyecto del FMLN ha sido la Sala de lo Constitucional y que los líderes del FMLN solo están esperando a que los actuales magistrados terminen su periodo para hacerse con la institución.

Crisis migratoria

Recientemente, llegaron a la frontera de Estados Unidos más de 60 mil menores de edad centroamericanos. El presidente de EE. UU., Barack Obama, ha ordenado a los tribunales federales la expulsión de estos menores. Juan Carlos Hidalgo cree, aunque suene cruel, que si el presidente hubiera tomado una decisión de permitir que se quedaran mediante una amnistía parcial, habría mandado un mensaje poderoso a los países centroamericanos para que siguieran mandando niños. Hidalgo tiene claro que la prioridad del Gobierno de Estados Unidos era que no siguieran llegando niños, no porque Estados Unidos no esté en condiciones de recibirlos, sino por las condiciones en las que los mandaban. “Muchas perdonas decían que se mandaban por los niveles de violencia, pero los flujos cayeron dramáticamente desde que el presidente mandó un mensaje poderoso de que estos niños iban a ser deportados”, explica Hidalgo.

Este analista cree que la oleada no se explicaba solo por la violencia, sino porque mucha gente creía que si mandaba a sus hijos, se iban a poder quedar. Sin duda alguna, había mucha desinformación. Ahora bien, esto no le quita ninguna culpa a Obama por el fracaso de la reforma migratoria. Él prometió hacerla en su primer año y a pesar de que contó con mayorías en ambas cámaras del Congreso, ni siquiera presentó un proyecto de Ley, sino que intentó pasar la reforma después de que los republicanos ganaran la Cámara de Representantes, cuando ya era demasiado tarde. No obstante, tampoco se puede dejar de culpar a los republicanos por obstaculizar cualquier tipo de reforma.

Honduras

A Juan Carlos Hidalgo no le genera confianza el nuevo presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández. Considera que es una persona con vocación de poder y eso le genera preocupación. Aunque Hidalgo admite que Hernández parece estar más preparado que Porfirio Lobo, a quien considera un personaje “cantinflesco” sin capacidad para gobernar un país. En cambio, Hernández tiene una agenda más decidida y ha empezado a implementar algunas reformas económicas, por ejemplo, recortar el presupuesto y concesionar puertos. A pesar de esto, a este analista no le genera confianza el nuevo presidente de Honduras y se muestra inquieto por su proyecto de militarizar la policía.

Costa Rica

La firma calificadora de riesgos Moody’s ha rebajado la calificación de bonos al Gobierno de Costa Rica a Ba1 desde Baa3. Con este cambio se pierde el grado de inversión que Costa Rica compartía en la región solo con Panamá, El Salvador perdió esta calificación en 2009. Juan Carlos Hidalgo considera que Costa Rica nunca mereció esta calificación, pero esto no significa que ahora que la perdió esto no traerá consecuencias negativas.

Este académico explica que cuando Costa Rica obtuvo esta calificación, en septiembre de 2010, tenía un déficit fiscal del 5.4 % del PIB, el más alto de América Latina. En la actualidad, algunos analistas de Moody’s consideran que un déficit por arriba del 5 % es muy alto para Costa Rica, pero más de eso tenía en septiembre de 2010 y le dieron esta calificación. Hidalgo es un poco escéptico sobre la calidad de los análisis económicos que hacen estas calificadoras. Pero sabe muy bien que muchos inversionistas se guían por estos parámetros y esto debe llamarle la atención al Gobierno de Luis Guillermo Solís. Este académico advierte que ha habido un aumento desproporcionado de los salarios públicos y la presentación de un presupuesto que aumenta el gasto en términos reales en casi un 8 %, muy por encima del crecimiento esperado de la economía, y eso es preocupante.

¿Plan Colombia en el triángulo norte de Centroamérica?

Hidalgo se muestra totalmente en contra de dar dinero a los aparatos militares en América Central porque son ejércitos que cuentan con un récord sumamente malo en términos de violaciones de los derechos humanos y escándalos de corrupción. “En El Salvador últimamente los ejércitos están siendo incluso filtrados por las maras”, especifica. Además, añade que en Honduras hay rumores sobre el compadrazgo del ejército y los cárteles, y, en Nicaragua, el ejército está al servicio de Ortega.

Este costarricense tiene muy claro que los países tienen un reto: enfrentar el flagelo del narcotráfico, pero cree que la solución pasa porque Estados Unidos acepte las propuestas de Otto Pérez Molina y legalice las drogas. Hidalgo cree que los aparatos de seguridad de la región no pueden combatir el narcotráfico y lo explica de la siguiente forma: “En 2010, el presupuesto combinado de los 7 países centroamericanos en materia de seguridad y justicia era 4,000 millones de dólares. Los ingresos estimados de los carteles mexicanos andan por los 25,000 millones de dólares al año. Es una guerra desigual”.