Hampa sigue acechando a víctimas afuera de bancos

Las autoridades sospechan que empleados bancarios están vinculados con delincuentes

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Roger Díaz, un consultor peruano, fue asesinado este 6 de septiembre de 2013, durante un atraco en el bulevar Los Héroes. Foto EDH / Foto Por Archivo

Por nacional@eldiariodehoy.com

2014-09-20 7:00:00

Una familia salvadoreña vivió más de 12 horas de angustia recientemente, luego que uno de sus integrantes desapareciera, sin dejar rastro, tras salir a hacer un retiro de dinero a una agencia bancaria situada al norponiente de la capital.

El ciudadano llegó temprano en su vehículo al establecimiento y fue de los primeros clientes en ser atendido. La suma de dinero que sacó no superaba los $4,000, según fuentes policiales.

Cuando terminó de hacer el trámite, el conductor salió del estacionamiento y tras haber avanzado unos cuantos metros, dos hombres a bordo de una motocicleta se acercaron a su ventana y le hicieron señas para que se estacionara.

También le advirtieron que los sujetos que iban en el vehículo polarizado que circulaba atrás de él, andaban con ellos. Inmediatamente el motociclista aceleró y se le atravesó para obstruirle el paso.

A la víctima no le quedó más opción que detenerse. Según el relato que dio a las autoridades, él imaginó que los hampones le quitarían todas sus pertenencias y luego escaparían, pero se equivocó.

El sujeto que iba como acompañante en la moto se bajó y a punta de pistola, obligó a la víctima a descender del carro y a pasarse al automotor que se había estacionado atrás de él.

Antes de dejar a la víctima a cargo de sus compinches le arrebató las llaves del carro y después se marchó en él.

Luego los hampones lo despojaron de sus pertenencias mientras lo insultaban, le vendaron los ojos, le ataron las manos y lo obligaron a lanzarse en el espacio que hay atrás de los asientos.

Desde ese momento, la víctima vivió una pesadilla: no sabía lo que harían con él y perdió la noción del tiempo.

También se mareó, se le durmieron las extremidades por la mala circulación sanguínea, y empezó a sentir náuseas por todas las vueltas que los delincuentes lo llevaron dar en el vehículo.

Mientras tanto, los parientes empezaron a sospechar que algo no estaba bien porque ya habían pasado varias horas y él no regresaba a casa. Además, le marcaban varias veces a su teléfono celular pero todas las llamadas caían en el buzón de voz.

Horas después empezaron a llamar a otros familiares y amigos para preguntarles si lo habían visto o se habían comunicado con él, pero nadie les daba explicación.

Luego lo reportaron como desaparecido en la Policía y más tarde, les avisaron que habían hallado abandonado el carro de la víctima, con las llaves puestas, en un municipio de la zona Paracentral.

Víctima fue abandonada en calle de occidente

El hombre que fue asaltado y raptado por los hampones, por la mañana, al salir de la agencia bancaria, fue abandonado por sus captores hasta horas de la noche. Lo dejaron entre unos matorrales en un tramo desolado de la carretera, en un departamento de la zona occidental.

La víctima —desorientada por las condiciones en las que todo el día la trasladaron en el vehículo— solo alcanzó a oír que uno de los delincuentes le dijo que no lo matarían, que lo dejarían en ese lugar, pero que debía esperar un buen tiempo antes de salir a la calle.

Más tarde, el hombre salió a la vía y caminó por varios minutos antes de encontrar casualmente a unos policías, que tenían un retén.

Según las autoridades, el hombre les relató lo que había sucedido y lo condujeron a una sede policial para que pudiera llamar a su familia.

Este es solo es uno de varios casos de asaltos a usuarios de agencias bancarias que han registrado en los últimos meses en diferentes municipios del país.

Se puede decir que esta víctima, a pesar de todo, tuvo suerte de que los ladrones le respetaran los más valioso que tenía: su vida. Hasta la fecha no ha conocido de personas capturadas por lo que le ocurrió.

Hay decenas de personas que enfrentaron experiencias parecidas pero no vivieron para contarlas, pues los delincuentes las asesinaron antes o después de asaltarlas.

Consultor peruano, entre víctimas

Coincidentemente, algunos de estos casos fueron cometidos a pocas cuadras de donde fue raptado el señor al que los delincuentes abandonaron en occidente.

Entre las víctimas está un consultor peruano que prestaba sus servicios al Ministerio de Hacienda, quien fue asesinado, hace un año, tras salir de una agencia bancaria.

En esa ocasión, la Policía informó que el profesional había retirado $17,000 en un banco situado en el sector de la exembajada de Estados Unidos, en la 25a Avenida Norte, en San Salvador.

Los delincuentes iban en moto e interceptaron el vehículo donde viajaba la víctima cuando circulaba en el bulevar de Los Héroes.

Las autoridades señalaron que los ladrones mataron a balazos al profesional porque se resistió a ser asaltado.

Los agentes informaron que, en mayo pasado, dos hombres y una mujer fueron arrestados como sospechosos de haber robado y asesinado al consultor peruano.

A los imputados también les atribuyeron otros cuatro robos a usuarios de bancos, así como otro homicidio. Hasta el momento su caso espera la continuación del proceso judicial.

Semanas después del crimen del consultor extranjero, un microempresario que también acababa de salir de un banco, fue interceptado por dos motociclistas que le robaron el dinero y lo mataron. El atraco fue cometido cuando el señor circulaba en su pick up en la 49a Avenida Norte y 1a Calle Poniente, cerca del estadio Jorge “Mágico” González.

En dos meses, asaltan a militares en Santa Tecla

Coincidencia o no, en un lapso de dos meses, dos militares que residen en diferentes colonias de Santa Tecla, La Libertad, se enfrentaron con delincuentes que los interceptaron tras haber salido de retirar elevadas sumas de dinero en agencias bancarias.

El primer caso se registró el 15 de julio pasado, cuando un militar lesionó de bala a tres delincuentes que lo despojaron de unos $1,700 en la residencial Bosques de Santa Teresa, cerca de la calle que conduce al Boquerón.

Según las autoridades, tres hombres armados siguieron en un carro a la víctima desde que salió del banco hasta que llegó a su casa. Cuando el señor se disponía a entrar a su vivienda, dos de los ladrones se le acercaron y le exigieron el dinero. El ofendido no opuso resistencia y se los entregó.

Sin embargo, cuando los sujetos iban a subir al vehículo que los esperaba para escapar, y donde alcanzaron a lanzar el dinero, la víctima sacó un arma y les disparó antes de que se subieran al automotor.

Uno de los hombres fue llevado en estado crítico al hospital; el otro presentaba lesiones leves en los brazos y el tercero escapó con el dinero.

Esa vez, la Policía sostuvo que uno de los hampones ya tenía antecedentes delictivos por robo.

Dos meses después la historia se repitió. El 16 de septiembre un capitán retirado viajaba a bordo de un pick up junto con un guardaespalda cuando fueron interceptados por unos ladrones.

Las víctimas recién habían salido de una agencia bancaria donde el militar había sacado $2,000, según las investigaciones.

Las autoridades revelaron que los delincuentes también habían perseguido a sus víctimas desde que salieron del banco y las alcanzaron cuando circulaban por la colonia Altos de San José, siempre en Santa Tecla.

Los delincuentes intentaron despojar del dinero al señor a punta de pistola, pero su guardaespalda reaccionó y abrió fuego contra ellos.

En la balacera pereció el empleado de seguridad y uno de los hampones. Además, el capitán y otro delincuente resultaron lesionados.

Tras el enfrentamiento, los dos delincuentes que sobrevivieron robaron una billetera con $600 y huyeron.

En la escena fueron halladas dos armas de fuego: una que pertenecía a las víctimas y la otra era del asaltante. En ambos casos tampoco se conoce de detenidos por el hecho. Las autoridades reconocen que hay estructuras delictivas que se dedican a esperar a sus víctimas afuera de los bancos para robarles.

Otros ingresan a estos establecimientos simulando que harán algún trámite pero en realidad es para seleccionar a sus víctimas. Cuando las tienen en la mira, se apresuran a salir del banco para alertar a sus cómplices y estos las interceptan.

La Policía no descarta que empleados bancarios estén vinculados con los delincuentes, a quienes ayudan a detectar a los clientes que retiran altas sumas de dinero.