Una de noche altruista y de festejo se vivió en la gala de celebración de los 27 años de fundación del Hogar Padre Vito Guarato, en la que participaron miembros de la Iglesia Católica, donantes, representantes del Cuerpo Diplomático radicado en el país, empresarios, amigos y otras personalidades que sumaron más de 600 invitados.
Fue una noche que reunió música, la que se conjugó con la voluntad de apoyar una de las obras más representativas del país, ya que se enfoca en el cuidado de personas con capacidades especiales.
El director ejecutivo de la Asociación Padre Vito Guarato, Ernesto Cuestas, recordó a los asistentes que lo que ellos buscan a diario “proveer un hogar permanente a los niños discapacitados abandonados, inspirados en la mística de caridad y misericordia del Padre Vito Guarato”.
“Han sido 27 años de amor, de atender a los niños y jóvenes; esta obra seguirá por la bendición de Dios y con la ayuda de los donantes”, dijo.
Al evento asistió el padre Flavián Mucci, quien también ha realizado en el país muchas obras de caridad con la ayuda de donantes. Mucci dijo que esta es una obra de amor que se debe seguir apoyando.
“El Padre Vito (Guarato) estaría feliz de todo esto que se ha mantenido”, expresó.
El presidente de la junta directiva, Álvaro Emilio Marino, informó que tienen un proyecto para mejorar las instalaciones del Hogar y construir un pabellón para la atención de los internos que requieran mayores cuidados; pero ese dinero aún no lo tienen.
Los ritmos musicales estuvieron a cargo de la Orquesta Platinum, que deleitó al público con piezas como El regalo de un ángel y Que nadie sepa mi sufrir, entre otras.
Remembranzas
El Hogar ha ayudado a tejer la historia de cientos de niños y jóvenes con diversas discapacidades. Iniciaron con la atención de 18 personas y al momento son 126 los internos que reciben asistencia.
La iniciativa arrancó en 1986, pero se concretó en mayo del siguiente año.
Cuestas recordó que en una ocasión el Padre Vito Guarato visitó el Consejo Nacional de Menores de esa época, fue después del terremoto de 1986.
El sacerdote esperaba ser atendido cuando observó a un niño discapacitado buscando comida en un basurero, “ese momento fue tan impactante para el Padre que decidió buscar la forma de poder cambiar esa triste realidad, contó el director.
Con esa idea el Padre Vito tocó puertas de personas altruistas, quienes no dudaron en emprender ese sueño.
El religioso murió el 25 de agosto de 2000, en Abano Terme, Padova, Italia; sus restos se encuentran en el Santuario del Cristo Sufriente, que está ubicado en la capilla dentro del Hogar.
Los miembros de la junta directiva de la asociación reconocen que a 14 años sin el Padre, han logrado seguir sus pasos y cuidar de los niños que él tanto amó.