Católicos finalizan festejos patronales con solemne misa

La celebración fue presidida por los obispos y el Nuncio Apostólico del PapaLa feligresía se congregó frente al atrio de la Catedral Metropolitana

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Los fieles llevaron estampas alusivas a la transfiguración del Divino Salvador del Mundo.La devoción al Divino Salvador del Mundo hizo que miles participaran en la celebración de la Santa Eucaristía de la Transfiguración. Foto EDH / Ericka Chávez

Por Angélica Santos comunidades@eldiariodehoy.com

2014-08-06 7:00:00

Los festejos dedicados al Divino Salvador del Mundo finalizaron ayer con la celebración de la misa en honor al Santo Patrono.

Miles de feligreses se congregaron frente al atrio principal de la Catedral Metropolitana para ser partícipes de la tradicional eucaristía y adorar al transfigurado que lucía sus blancas vestiduras en el altar.

Niños, jóvenes, adultos y ancianos permanecieron en total reverencia, mientras se oficiaba la santa misa.

El acto religioso fue presidio por Monseñor José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador.

También asistieron el Nuncio Apostólico, León Kalenga, monseñores Miguel Ángel Aquino, obispo de San Miguel; Luis Morao, obispo de Chalatenango; Elías Rauda, obispo de San Vicente; Constantino Barrera, obispo de Sonsonate; Fernando Sáenz Lacalle, Arzobispo Emérito, Monseñor Gregorio Rosa Chávez y religiosos del país.

Otras de las figuras públicas que acompañaron la ceremonia fueron el Presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, la Primera Dama Margarita de Sánchez, el doctor Norman Quijano, alcalde de San Salvador, y el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Óscar Pineda.

Durante la celebración, la feligresía se postró de rodillas y elevó sus plegarias, al tiempo que alzaba su voz y coreaba el himno dedicado al Salvador del Mundo.

Bajo ese ambiente de fe y devoción, Monseñor Escobar Alas ofició la santa misa en acción de gracias por todos los beneficios que del Señor recibimos.

Asimismo, refirió que es una dicha para el país tener como Patrono al Divino Salvador del Mundo.

Por ello centró su lectura en la transfiguración que vivió Jesucristo una vez resucitado.

Además resaltó las palabras de su Santidad Benedicto XVI, quien enseñó que la transfiguración no es un cambio de Jesús, sino que es la revelación de su divinidad, al convertirse en luz pura.

Finalmente llamó a la congregación a seguir los pasos de la Virgen María, la oyente de la palabra, expresión que se ha extendido a todo cristiano.

De esta manera, la Iglesia Católica da por concluidas las actividades religiosas en honor al Santo Patrono, las cuales se desarrollaron del 1 al 6 de agosto.

El Divino Salvador del Mundo fue despedido con aplausos y lágrimas de los fieles congregados, quienes madrugaron para tener el mejor lugar y así demostrarle su devoción a Jesús transfigurado y al mismo tiempo solicitar sus favores.