La abogada Clarisa Navarrete fue capturada en Mejicanos, la noche del martes, porque habría contratado a una banda de sicarios para que asesinara a la supuesta amante de su esposo, según la Fiscalía.
La mujer —sin estar plenamente segura de quién era y dónde vivía la persona con la que presuntamente su pareja le era infiel— les dio a los homicidas las características de una persona equivocada y la mataron.
“Ella hizo un pago y trasladó a los sujetos al lugar donde iban a cometer el homicidio. La información fue errada y asesinaron a otra persona”, sostuvo Daniel Domínguez, jefe de la Unidad Especializada contra el Crimen Organizado de la Fiscalía.
La imputada fue arrestada en su vivienda y en el allanamiento, los agentes y fiscales encontraron dos fusiles calibre 22 y 0.23, así como una pistola Prieto Beretta, calibre 9 milímetros. También hallaron abundante munición y varios uniformes similares a los de la corporación policial.
Las autoridades dijeron que las armas estaban registradas a nombre del padre de Navarrete y, aparentemente, tiene en regla los permisos.
No obstante, la Policía decomisó las armas para realizarle análisis balísticos.
A la Fiscalía le llama la atención que el papá de la abogada tenga las armas registradas a su nombre, a pesar de que sufre de problemas mentales y físicos desde hace ocho años.
Según el delegado del Ministerio Público, el señor dijo que él fue miembro de la Policía y por eso tenía los uniformes desde hace nueve años y otros implementos. En contraste, las autoridades sospechan que esta versión es falsa porque los atuendos son de diseños recientes.
Las fuentes no informaron cuándo y dónde los sicarios cometieron el asesinato de la mujer.
Sicarios contratados ligados a ocho asesinatos
Las autoridades detuvieron a la profesional durante un operativo simultáneo en el que, además, fueron aprehendidos 16 integrantes de la banda de sicarios.
A otros nueve sujetos, que ya están purgando condenas en diferentes cárceles, se les acumularon nuevos delitos por su vínculo con esta banda delictiva.
Las detenciones se realizaron en los municipios de San Salvador, Cuscatlán, La Unión y La Libertad.
Domínguez señaló que todos los imputados son miembros de la Mara Salvatrucha y habrían cometido ocho asesinatos por encargo.
A los delincuentes también se les imputan tres intentos de homicidio, varios robos y una estafa. Todos estos delitos los habrían cometidos entre el año 2008 y el 2012.
Las investigaciones de la Fiscalía arrojan que personas particulares contactaban a los delincuentes para proponerles que mataran a determinadas personas y a cambio les pagarían diferentes sumas de dinero.
Antes de hacer el trato, los delincuentes debían pedirle autorización a los cabecillas de la pandilla que ya están en prisión.
Estos, presuntamente, les daban el aval para cometer los asesinatos, siempre y cuando, los sicarios les entregaran un porcentaje del pago que recibirían por cada muerte.