Tres días después de que delegados del Gabinete de Seguridad aseguraran que ha habido una considerable reducción de homicidios en el país, voceros de las principales pandillas hicieron pública ayer su disposición de continuar con el proceso de paz, iniciado el 9 de marzo de 2012.
En un comunicado enviado por voceros de las pandillas, expresaron que esta era una decisión de la MS13, Barrio 18 (Sureños y Revolucionarios), Mao Mao, Máquina, Mirada Locos 13 y prisioneros comunes, hombres y mujeres.
“Por iniciativa propia hemos decidido dar inicio, a partir del domingo 31 de agosto, una segunda etapa del proceso de paz”, establece el escrito. Reiteraron que este paso es unilateral y no incluye ninguna concesión del Gobierno.
Además, que es una decisión consensuada entre los pandilleros en prisión y los que están en libertad. Bajo esta decisión, los pandilleros aseguran que reafirman y renuevan los cinco compromisos iniciales: “cesar todo tipo de hostilidades entre miembros de pandillas, cesar acciones contra militares y sus familias, cesar acciones contra policías y sus familias; cesar acciones contra miembros y familiares de custodios del sistema penitenciario y evitar al máximo la generación de víctimas civiles, tales como motoristas, cobradores, pasajeros entre otros”.
En ese marco, las maras se comprometen en esta segunda fase, a profundizar los pactos por la vida y la paz que se impulsaron en los 11 municipios libres de violencia. En ese sentido, asumen el compromiso de erradicar de forma gradual su participación de todo tipo de delito.
“De igual forma profundizar nuestro compromiso con las comunidades de la zona de la Escalón, a la cual declaramos: zona de paz”, subrayan.
El mismo propósito buscan para con los centros educativos, en los que se suspende todo tipo de acoso a estudiantes.
Las maras aseguran que no ofrecerán obstáculo al trabajo de organismos humanitarios como Cruz Roja, Cruz Verde, Comandos de Salvamento, socorristas diversos, así como ambulancias del Seguro Social y de la red de hospitales públicos, brigadas del sistema de salud que desarrollan labores de fumigación y combate de criaderos de zancudos.
Apoyarán los proyectos y programas con la cooperación de municipalidades, iglesias y Onegés desarrollan en las comunidades con miras a la reinserción social, mediante iniciativas productivas.
Las pandillas también dejan claro el seguir realizando esfuerzos para mantener la armonía y la paz en los centros penitenciarios, con el fin de evitar las condiciones inhumanas del internamiento que desencadenan en violencia e inseguridad en las prisiones.
Las maras piden al Gobierno brindar facilidades para que los distintos sectores sociales entre ellos las iglesias puedan potenciar el diálogo y la comunicación para derimir los conflictos domésticos cotidianos en las comunidades.
Exhortan, a quienes discrepan de sus iniciativas, que adopten una actitud patriótica que impida más derramamiento de sangre. Advierten al Ministerio Público y la PNC que al implementar la Policía Comunitaria, no provoquen confrontación entre las comunidades y los jóvenes. Lo mismo pidieron a medios de comunicación y a los políticos.