Fusades: voto residencial ayuda pero es insuficiente

Estudio revela que acercar urnas no contribuyó a elevar caudal de votos

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En 2014, los 262 municipios del país contaron con el sistema de voto residencial y no con el antiguo método de centros por orden alfabético. Foto edh/Archivo

Por Enrique Miranda nacional@elsalvador.com

2014-08-04 7:00:00

Pasada la primera elección con todos los municipios con voto residencial, es decir, con las urnas cerca de la casa de los votantes, un análisis hecho por la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) revela que si bien la modalidad ayudó a incrementar el caudal de votos, la organización de unos comicios tiene aún retos para incentivar a más salvadoreños a emitir el sufragio.

En su estudio “Voto residencial: avances y desafíos”, el tanque de pensamiento encuentra que “desde el punto de vista cuantitativo, los datos de la participación electoral muestran que la aplicación del voto residencial en todo el país no contribuyó a que una mayor cantidad de personas se acercaran a las urnas para elegir al Presidente de la República”.

Fusades compara la evolución de la participación electoral en los comicios presidenciales de 2004, 2009 y 2014 (primera y segunda vuelta) y determina que si se comparan las cifras de votos entre las tres, la votación más alta se obtuvo en 2004, ganada por Antonio Saca con un 67 % cuando en ese año no hubo modalidad de acercamiento de urnas. (Ver gráfica). Ya cinco años después, en la elección que ganó Mauricio Funes, sí hubo unas pruebas piloto con el voto residencial pero equivalió al 5 % de padrón, lo que equivale a 196 mil 733 votantes. En esa oportunidad se registró una votación más baja que la de 2004 con el 62.92 del registro mientras que la votación más baja de los últimos 10 años ocurrió en la primera vuelta de este año. Solo el 55.32 % del padrón votó, pese a tener voto residencial en todo el país, aunque en la segunda vuelta la participación casi se comparó con la de 2009: 60.9 %.

El tanque de pensamiento reseña que la variable del aumento del padrón en los tres eventos electorales no tiene incidencia, ya que los porcentajes de crecimiento de votantes son similares: entre 2004 y 2009 el padrón aumentó en 784 mil 149 electores lo que representa un 23 % de aumento. Y entre 2009 y 2014 el padrón se incrementó el 15 % es decir 728 mil 628 electores más.

“Los cambios entre una elección presidencial y otra se mantienen relativamente constantes. Al ser el aumento de habilitados para ejercer el sufragio, similar entre un evento y otro, la influencia de esta variable en el posible impacto del voto residencial no es considerada”, establece el análisis.

El estudio también compara en la elección presidencial de 2009 (en la que hubo 23 municipios con voto residencial) la participación ciudadana en los lugares con voto residencial y en los que no hubo, y la diferencia es de 6.43 % en favor de los sitios donde sí hubo acercamiento de urnas.

Luego comparó esos municipios que tuvieron voto residencial en 2009 con la participación en esos mismo sitios en 2014 y la participación se mantuvo “estable”. Y, al comparar estos municipios en 2004, cuando no hubo voto residencial, las participaciones en esos lugares ya era alta pues contaban con el 71 % de las votaciones respecto al padrón de ese año.

“Por tanto, dice Fusades, no es posible afirmar que mayores tasas de participación se deban exclusivamente a la implementación del voto residencial, porque sin este sistema los municipios estudiados ya contaban con un alto nivel de participación”, establece el informe.

Para medir el impacto del voto residencial en la participación electoral, Fusades considera que, habiendo tomado en cuenta todas las variables cuantitativas, es necesario analizar los resultados de votación a la luz de otros factores como el contexto en el cual ocurre cada cita electoral: “Los datos confirman que la desconcentración de centros de votación no es el único factor que influye en la participación electoral, sino que habrá que estudiar el contexto bajo el cual sucede cada evento”, explica el análisis.

Para Fusades, este año, pese a la facilidad del acercamiento de urnas, influyó de forma determinante el tema de las pandillas, la baja campaña de incentivo al voto por parte del Tribunal Supremo Electoral, y los problemas para obtener DUI en las últimas semanas antes de las elecciones.

“El tema de la inseguridad ciudadana y las amenazas de las pandillas, la casi inexistente campaña de educación cívica para incentivar al voto, la débil campaña para la obtención del DUI en el segmento de votantes jóvenes, la distancia que aún permanece en el caso de algunos municipios, así como la poca orientación al ciudadano respecto de su centro de votación, son algunos de los elementos que pudieron haber influido en los niveles de personas que votaron”, destaca el centro de estudios.

Para Fusades sí es un avance el incremento de centros de votación y de Juntas receptoras de votos (JRV) pues destaca cómo en 2004 hubo 385 centros de votación, y en 2009 pasa a 461 hasta las 1,592 de este año, ya con la totalidad de municipios con urnas cercas al sitio de vivienda de las personas.

“La premisa es que a mayor número de centros de votación y JRV, mayor facilidad e incentivo para la población de votar cerca de sus hogares; asimismo se reduce tiempo y el costo del traslado”, dice el informe.

Los retos

Luego de este análisis, el tanque de pensamiento recomienda varios puntos a considerar en los próximos eventos electorales, máxime cuando en siete meses habrá una nueva elección municipal y legislativa y acaban de entrar nuevos funcionarios en el TSE.

Para Fusades, el Gobierno debe destinar la cantidad de recursos “necesarios para una organización exitosa” de los comicios. A su juicio, el Estado debe tomar en cuenta que el voto residencial demandará cada vez más fondos para descentralizar aún más los centros de votación.

Para profundizar el método, Fusades propone la revisión de la cartografía geográfica previa a cada evento electoral, con el objetivo de “corroborar las vías de acceso y accidentes territoriales y así garantizar la ubicación de centros de votación más cercanos al domicilio del votante”.

Además sugiere debatir sobre la necesidad de tener un “sistema de captura de direcciones georreferenciado” que ayude a ubicar de forma más precisa la residencia de los votantes y así reducir la existencia de centros “bolsones” donde se ubica a quienes no poseen una dirección tradicional.

Para Fusades es vital la depuración del padrón para que sea “transparente y exacto”. Además el TSE debe contar con campañas de educación al votante de forma permanente e incrementarse en periodos electorales.

También sugiere que el Registro Nacional de las Personas Naturales cuente con la capacidad instalada suficiente para atender la demanda de DUI en época electoral.

Por último, Fusades ve vital que el país cuente con una autoridad electoral que se encargue solo de organizar las elecciones y “otra no partidaria para administrar justicia electoral”.

Las voces

Para la diputada Mariella Peña Pinto, de ARENA, el voto residencial sí ha sido positivo porque las familias pueden ir a votar juntas al tener cerca de su casa el centro de votación, no así cuando había centros que se repartían los votantes por orden alfabético.

Sin embargo, la legisladora coincidió con Fusades en el hecho de que hay situaciones que permitieron la baja votación en esta oportunidad.

“El TSE debe tener comunicación y publicidad para que la gente conozca donde están los centros de votación, las comunidades están divididas por los delincuentes, y la parte de un lado no puede pasar a otro lado, eso hace que también baje, no es lo mismo que antes se iba a una sola escuela. Se vio problemas en varios lugares donde la mara de un lado no podía pasar de un lado a otro lado”, dijo.

Se consultó a varios diputados del FMLN al respecto, pero no respondieron las llamadas a su celular.