“Fui un niño con muchos sueños y expectativas”

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Rossemberg se describe como una persona común, pero su talento lo ha hecho convertirse en una promesa de El Salvador. foto edh / cortesía

Por Comunidades@eldiariodehoy.com

2014-08-10 7:00:00

Rossemberg Rivas es por hoy quien lleva la fiesta en este país, este diseñador de experiencias ha sido nombrado como el Salvadoreño del Mes.

Rivas se describe como una persona común; la diferencia es que desde su forma de ser ha creído en el poder de hacer la diferencia.

Luego de culminar su educación media en el Colegio Cristóbal Colón, encontró su vocación al estudiar diseño gráfico en la Universidad Dr. José Matías Delgado, donde su talento le llevó a terminar su carrera a un nivel superior de calificación académica.

En esa misma ruta, se embarcó en la aventura de aprender fuera del país. Llegó al Fashion Institute of Technology de Nueva York, para mezclar su universo con el diseño de vestuario para espectáculos de ópera y ballet. De inmediato su nombre empezó a resonar en el ámbito internacional, y se convirtió en un “hacedor de fiestas”.

En 10 años de trayectoria profesional, Rossemberg ha conquistado el escenario internacional, siendo el primer salvadoreño que llega al Carnaval de Río de Janeiro como invitado para el diseño de vestuario.

“Fui un niño con muchos sueños y expectativas. Pero mis expectativas ni siquiera estaban cerca de lo que pude haber soñado sobre quien soy ahora”, admite.

Su talento también ha dejado huella en Perú y Cuba, en este último como coproductor de la “Flauta Mágica, de Mozart”. A nivel nacional, Rivas también se ha ganado el reconocimiento artístico. En 2012 el Museo de Arte de El Salvador (Marte), le rindió un homenaje como diseñador local.

Entre el quehacer y el diseño de espectáculos y fiestas, Rossemberg siempre ha destinado un espacio para construir país desde lo que él mismo hace. Es de esta manera que de la mano con distintas fundaciones ha iniciado proyectos de obras benéficas.

Ha sido nombrado embajador de buena voluntad para la niñez de las Olimpiadas Especiales.

El hacedor de fiestas resume que en su vida hay tres hechos relevantes, como lo es haber creído que el país era un lugar de posibilidades, haber elegido una carrera que le permitió ser quien es y el ser salvadoreño.

“Tengo un pensamiento muy claro y siempre he dicho que en un país pequeño habitan gigantes, porque en los países grandes, los habitantes se hacen pequeños. Es por eso que yo decido trabajar aquí en El Salvador”, afirma satisfecho.

“Mi consejo, a partir de lo que he vivido, es rescatar el ser genuino y creer que en un lugar tan desértico puede construirse un mundo de fantasía, un mundo maravilloso, una construcción de altares para la belleza que motiven a la vida. No hay que olvidar que los únicos transformadores de nuestra propia vida somos nosotros mismos”, concluye.

Para ver la entrevista completa visita www.mediolleno.com.sv.