El personal de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) no dio abasto ayer en la frontera Las Chinamas, en Ahuachapán.
De un kilómetro y medio era la fila de vehículos con personas que pretendían realizar sus trámites migratorios.
A eso se sumó que sobre el puente sólo puede circular un vehículo a la vez, a una velocidad que no debe de superar los 10 kilómetros por hora.
Además, las autoridades dan un lapso de 15 minutos para que circulen los carros que salen del país, y un tiempo similar para los que pretende entrar a El Salvador.
La estructura fue intervenida a inicio de año luego de que varias de sus losas se dañaron, en octubre de 2013, cuando un vehículo sobrecargado de verduras intentó cruzarlo.
Migración informó que normalmente pasan por esa frontera un promedio de 2,500 personas a diario; sin embargo, por las vacaciones el número se elevó a 7,000.
Algunas personas tuvieron que esperar por más de dos horas en la fila para lograr llegar a las ventanillas de atención. Otros, como Carlos Castillo, debieron de tener más paciencia.
El salvadoreño se quejó de haber llegado a las 8:00 de la mañana, y dos horas y media después aún esperaba su turno.
Los turistas también enfatizaron el poco personal para atender la demanda, sobre todo en estas fechas.
Migración informó, a través del área de comunicaciones, que por las fiestas agostinas han aumentado el número de personal, que pasó de 8 a 14 empleados durante esta temporada.
Asimismo, representantes de la institución expresaron que la atención de las personas era de menos de un minuto para la revisión de sus documentos, a excepción de aquellos que viajaban con menores de edad, que toman entre 5 y 10 minutos, aseguraron.
En el costado poniente del edificio de Migración de dicha frontera hay seis ventanillas que la entidad construyó este año y que no están siendo utilizadas.
Los usuarios consideraron que todas las ventanillas debieron estar funcionando para esta temporada, pero no hay fecha para ello.