El cansancio y la tristeza era notable en los rostros de las madres y sus hijos que fueron retornadas de Estados Unidos, ayer, en un avión federal que aterrizó a eso de las 10:30, a.m. en el Aeropuerto Internacional Monseñor Arnulfo Romero.
El grupo, formado por catorce mujeres e igual número de niños (once niñas y tres niños), había ingresado de forma ilegal a Estados Unidos, y tras ser ubicados por agentes fronterizos, permanecieron varias semanas en albergues, que están en la frontera sur de ese país.
La repatriación de los compatriotas se dio luego que decidieran regresar y renunciar al proceso de apelación para permanecer en esa nación americana.
Los grupos familiares fueron recibidos por la viceministra para los Salvadoreños en el Exterior, Liduvina Magarín, y por el director de Migración y Extranjería de El Salvador, Héctor Antonio Rodríguez.
Tras su llegada, los grupos familiares recibieron una charla de orientación, de parte del personal de migración, así como un pequeño refrigerio.
Algunos se retiraron con familiares que los llegaron a traer, pero, en otros casos, abordaron transporte que estaba a su disposición para ir a su casa.
Los funcionarios locales explicaron que ninguna de las familias que regresaron, en esta oportunidad, manifestó tener problemas en las localidades donde viven.
“Todas retornan a sus comunidades, a sus localidades de origen. No han manifestado ningún problema de ese tipo. (Seguridad)”, expresó Magarín, al ser abordada por los medios de comunicación.
La vicetitular de Cancillería expresó que estas personas han sido engañadas con la historia de que al pasar el Río Bravo y llegar a Estados Unidos, tienen garantizada su legalización.
Según detalla, eso “es una gran farsa y obedece a una mercadotecnia de los coyotes” para animar a la gente a que hagan los viajes.