SAN MIGUEL. Santos Gómez, madre de Rigoberto y René, menores que murieron soterrados la tarde del lunes en San Antonio del Mosco, recordaba ayer con nostalgia a sus hijos que eran velados en la humilde vivienda en la que crecían junto a sus siete hermanos.
“René (de 10 años) se levantaba a las 3:00 de la mañana todos los días, me pedía café amargo, él me decía que era el hombre de la casa. Se murió el hombre de la casa”, dijo Gómez, con sus ojos llenos de tristeza y resignación.
Los menores murieron tras caerles encima un paredón de al menos cinco metros de alto, eso ocurrió mientras jugaban en un predio en el caserío El Chilamo del cantón San Marcos, lugar donde ellos vivían junto a su madre.
En el lugar trabaja una empresa subcontratada por el Viceministerio de Vivienda, que extraía tierra blanca para la construcción de pisos en casas de varias comunidades aledañas.
Según Gómez era normal que los niños se fueran a ver la máquina a trabajar en la extracción del material y nadie les prohibía.
“Salieron a las 9:00 de la mañana a ver la máquina, luego vinieron a comer y dijeron que irían de nuevo, y solo a encontrar la muerte fueron”, dijo la madre.
Al momento del percance no había ningún adulto en el lugar y tras escuchar el estruendo los trabajadores llegaron y los menores estaban cubiertos de tierra y con golpes letales en la cabeza y espalda.
“Me avisaron, y yo ya presentía que los niños estaban muertos, le pedí al de la máquina que me los sacara con cuidado. Ya les tocaba morir porque horas antes se había salvado un niño más grande que estaba en la zona y salió corriendo”, dijo la madre.
Gómez que vive en una evidente situación de pobreza extrema, indicó que la empresa le facilitó las cajas y el apoyo para sepultar a los menores.
“Ellos me dijeron que lo sentían mucho por el accidente donde murieron los niños y me dijeron que no me preocupara porque me iban a dar las cajitas, me iban a ayudar para enterrarlos y mejor porque yo no tengo como hacerlo”, explicó la madre.
El Viceministerio de Vivienda por su parte expresó mediante un comunicado que “la Fiscalía General de la República, realizó las investigaciones pertinentes y llegó a la conclusión que la muerte de los niños fue un accidente, por lo que no se tomaran medidas para la empresa”.
Agregaron que al momento de la tragedia, todos los trabajadores almorzaban retirados del lugar, y al escuchar el estruendo y los gritos de los niños acudieron para tratar de auxiliarlos, pero la cantidad de tierra desprendida les causó la muerte casi de inmediato. El desprendimiento también dañó uno de los camiones de la empresa.
Explicaron también que El contratista del Proyecto de Mejoramiento de Pisos para 962 familias del municipio, extraían tierra en dicho banco de material selecto desde diciembre de 2013, al igual que otras empresas, y ante el hecho inusual ha cubierto los gastos de ataúdes y de velación de los niños.
Sostienen que la empresa responsable, indemnizará a la familia de los menores de acuerdo con la ley, pese a que por darse el incidente en otro lugar que no era la obra, el seguro de la empresa no lo cubre, pero señalaron que asumirá la indemnización.
Gómez, sostuvo que hasta el momento los de la empresa que ejecutaban los trabajos de extracción no le han hablado de indemnización.
Los vecinos aseguraron que los niños en su afán de jugar se iban al lugar sin saber que era una zona de derrumbes y que la empresa debía de indicar el peligro a derrumbes en el lugar para evitar tragedias como la de los hermanos Gómez.
Por ello en el Viceministerio de Vivienda dijeron que han girado instrucciones a contratistas para fortalecer las medidas de seguridad establecidas en los contratos en torno a los trabajadores y de todos aquellos que se encuentren cerca de proyectos.