Hermetismo tras muerte de mujer y su bebé de 6 meses

Contiguo a la casa en que vivían las víctimas, residían familiares, que según autoridades, no sabían nada del hecho.

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Mélida Antonia Amaya estudió, por un tiempo, comunicaciones, en una universidad privada. Foto EDH / cortesía

Por comunidades@eldiariodehoy.com

2014-06-30 7:00:00

SAN MIGUEL. La investigación por el asesinato de Mélida Antonia Amaya, de 30 años, y su bebé José Ezequiel Portillo, de seis meses, al interior de una vivienda en la colonia Milagro de La Paz en San Miguel, la ha retomado la Unidad de Atención Especializada de la Fiscalía, por tratarse de un feminicidio, según informó Óscar Meléndez, jefe de la Unidad de Vida en San Miguel.

Amaya y su hijo fueron encontrados ahorcados y sus cuerpos cubiertos con sábanas, en la vivienda seis del pasaje El Crematorio, colonia Milagro de la Paz. Tenían más de tres días de haber muerto.

El jefe fiscal dijo que, por lo complicado y hermético del caso, no pueden proporcionar mucha información, sin embargo, detalló que en los archivos de denuncias de la Fiscalía existe un antecedente, pero sin precisar detalles.

Meléndez dijo que la víctima denunció hace tres meses a su compañero de vida, ante la Procuraduría General de la República (PGR), para que le entregara una cuota mensual de 50 dólares para la manutención de su hijo.

Aseguró que no pueden descartar ninguna hipótesis en torno al caso.

Amigos de Amaya aseguraron que ella tenía problemas con el excompañero de vida, pero no dieron más detalles.

Entre quienes conocieron a Amaya, está Jorge Cortez, director corresponsal de una agencia de noticias de San Salvador, quien aseguró que la conoció en 2011, cuando ella estudiaba la carrera de comunicaciones en una universidad privada.

Amaya, según dijo Cortez, recibió una capacitación sobre locución y televisión en esa agencia. “Ella era una muchacha muy dinámica, respetuosa y amante de la fotografía, nunca le faltaba su cámara profesional”, dijo.

Aseguró que durante ese tiempo supo que la fémina era originaria de San Miguel, pero que residía en Cojutepeque, Cuscatlán.