Antonia Sorto llegó desde el cantón Corral de Mulas, en Puerto El Triunfo, Usulután, al hospital San Pedro, ella es hipertensa, diabética, con problemas cardiacos y otros males que le aquejan por la edad.
La señora se fue preocupada porque de las cinco recetas que el médico le entregó, solo tres le despacharon en la farmacia.
“Voy a ir a la clínica del cantón, tal vez ahí tienen metocarbamol y adepina, que son las dos medicinas que no me pudieron entregar aquí”, dijo la mujer.
Explicó que le preocupa que en un hospital tan grande no cuenten con medicamentos tan elementales para males tan frecuentes.
“Uno viene a los hospitales públicos a consultar porque somos pobres y resulta que no hay, y si no encontramos la medicina, nos vamos a morir, porque para comprar medicamentos no tenemos”, dijo Sorto.
La misma idea sostiene Teresa Molina, a quien le tocó vivir un calvario.
“Me enfermé, y me ingresaron en el hospital, pero lo increíble fue que no tenían ni un simple suero para poder ponerme, eso es el colmo”, se quejó Molina.
Agregó que tuvo que comprar desde sueros hasta los medicamentos que le recetaron para poder aliviarse, pues no tenían en existencia de ninguna de las inyecciones recomendadas.
“Menos mal me vine con un par de dólares en la bolsa, sino solo a morirme hubiese venido al hospital, porque aquí no había ni suero para ponerme”, dijo Molina.
La señora expresó que debió gastar casi $50 para poder recuperarse.
“Uno viene a los hospitales porque sabe que todo es gratis y uno no tiene dinero para pagar un privado, pero ahora sale como ir a un privado, porque uno tiene que comprar los medicamentos. Estamos bien mal, ahorita, deben resolver las autoridades esta situación tan grave”, opinó la paciente.