Embajadora de Costa Rica se despide de El Salvador

Según la diplomática Adriana Prado, durante su gestión al frente de la Embajada se fortalecieron los lazos de cooperación y se avanzó en la integración centroamericana.

descripción de la imagen
La diplomática costarricense Adriana Prado Castro, afirmó que después de cuatro años de radicar en el país, se siente completamente salvadoreña, además, agradeció a los miembros del cuerpo diplomático por su apoyo incondicional. FOto EDH/René Estrada Angela Fiuza, esposa del embajador del Brasil; J

Por Georgina Vividor comunidades@eldiariodehoy.com

2014-07-02 6:00:00

“Los salvadoreños se meten demasiado en el corazón, el cariño, la afectividad y la seriedad con la que toman las relaciones internacionales hacen que uno tenga un compromiso grande con este país, por lo que se hace difícil despedirse de él”, expresó la embajadora Adriana Prado Castro durante una entrevista concedida a El Diario de Hoy.

Luego de cuatro años de gestión en El Salvador, la diplomática costarricense concluye con su misión, y anoche se despidió de los miembros del cuerpo diplomático y funcionarios salvadoreños, a quienes agradeció su apoyo incondicional.

De acuerdo con Prado, durante su gestión tuvo la oportunidad de impulsar 15 proyectos de cooperación en diferentes áreas como: desarrollo comunal, educación, ciencia y tecnología, entre otras.

“Me he sentido muy bien y en lo que he podido he colaborado con el proceso de integración, tanto por medio de las relaciones bilaterales y en el Sistema de Integración Centroamericana (Sica)”, dijo la funcionaria.

En el campo cultural, explicó que se han tenido en estos cuatro años iniciativas muy importantes, entre ellas un festival de cine costarricense que recorrió 160 casas de la cultura en todo el territorio nacional, así como la visita de las compañías de Danza y Teatro de Costa Rica quienes se presentaron en la capital, Santa Ana y Suchitoto.

Además, se han establecido convenios entre la Secretaría de Cultura y con los museos Juan Santamaría, de Costa Rica; y el Museo Militar de El Salvador, para recuperar la memoria histórica de la guerra de 1856, ocasión en la que por primera vez toda Centroamérica luchó contra la invasión filibustera.

Como reconocimiento a su labor hoy la embajadora será nombrada como “Noble Amiga de El Salvador” por la Asamblea Legislativa.