Sorpresivamente y en una entrevista de televisión realizada por el periodista Moisés Urbina, el Secretario General del FMLN, Medardo González, anunció ayer la llegada del canciller venezolano Elías José Jaua para firmar el acuerdo de Petrocaribe.
Con este anuncio se cierra un capítulo que inició con la intención del actual gobierno de oficializar su relación de compra de los derivados del petróleo con Venezuela y Petrocaribe.
El diplomático sudamericano viene hoy para firmar con su par salvadoreño, Hugo Martínez, el tratado petrolero que luego será sometido a discusión de la Asamblea Legislativa, confirmaba ayer un comunicado de la Cancillería salvadoreña.
“La venida del canciller venezolano es un paso más importante que ya va a ir concretando la incorporación operativa y práctica de El Salvador a Petrocaribe”, manifestó.
González afirmó en la entrevista Frente a Frente de TCS, que los pormenores del acuerdo se están afinando, por lo que no adelantó alguno de los puntos que serían o están siendo agregados.
Lo cierto es que Jaua, como representante del gobierno venezolano, viene a “cerrar trato” con El Salvador.
La noticia la develó luego que Moisés Urbina, entrevistador del programa, le preguntó, de manera general, sobre la incorporación del país a Petrocaribe.
El efemelenista dijo que no tenía certeza si el canciller venezolano venía entre ayer o ahora.
Fue hasta el mediodía de ayer que la Cancillería de la República, a través de un comunicado oficial, confirmó que hoy llegaría el funcionario venezolano, pero no habría conferencia informativa tras el evento sino que los materiales fotográfico y audiovisual serían compartidos por los canales habituales.
Tampoco definieron el motivo del arribo de Jaua, solo se limitaron a explicar que se realiza “en el marco del fortalecimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales entre ambas naciones”.
Tras concluida la firma del acuerdo, el canciller venezolano se reunirá con el Presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén.
Aunque tampoco se precisa las horas en que se realizarán los eventos, la Cancillería señaló que la estancia del diplomático en nuestro país durará seis horas.
González aseveró que Jaua firmará el tratado para que El Salvador comience con las operaciones de importación de combustible.
Añadió que la figura que utilizarán para la venta del combustible, ya sea Alba Petróleos o exclusivamente el Gobierno, es un tema que aún están por definir y que es una decisión del Presidente Sánchez Cerén.
Sin embargo, posteriormente dijo sin más detalles, ante una pregunta de Moisés Urbina, que creían que el Gobierno era quien lo iba a manejar.
Defiende proceso
El economista Mauricio Choussy explicó el pasado miércoles, en el mismo programa de TCS, que la firma de este acuerdo con Petrocaribe de Venezuela no tendrá las mismas ventajas que este hubiese tenido hace varios años, cuando la economía venezolana estaba pujante con los altos precios del petróleo.
Sin embargo, en la actualidad, con una crisis económica grave y la carencia de suficientes dólares para financiar petróleo barato y con pagos a largo plazo, el acuerdo será diferente.
En este sentido, Medardo González señaló que como FMLN creen que El Salvador no necesita como país “convertirnos en satélites de nadie para poder buscar el desarrollo” y que lo que se necesita es buscar oportunidades comerciales.
“El Salvador lo que necesita es buscar oportunidades y, en ese sentido, Petrocaribe es una oportunidad, es un intercambio favorable a los países que no tenemos petróleo. De hecho ¿a dónde se va a encontrar de que un país petrolero comparta con países pequeños de tal manera que le paguen la mitad de lo que te dio y luego la otra mitad podés pagarle en 25 años al 1 % de intereses? Eso solo lo podés encontrar en Petrocaribe”, manifestó.
Planteó que uno de los “beneficios” es que parte de esa factura petrolera como país se pueda pagar con producto generado internamente.
Puso como ejemplo el caso de Nicaragua, del cual señala que han obtenido beneficios de su incorporación a Petrocaribe y asegura que no obtienen combustible solo de ellos, por lo que El Salvador “debe seguir ese ejemplo”.
Agregó que al final el país va a salir “beneficiado de esta relación”.
González negó, a la vez, que El Salvador nacionalizará la energía, pues el país tiene su propio modelo y que el presidente Sánchez Cerén no tiene esa intención, por lo que dijo que habrá un “competidor más en el mercado”.
“Petrocaribe tendrá que competir y decirle al comprador ‘mira, yo te ofrezco el producto y te doy estas ventajas’. O sea, no puede ser otra manera, no puede imponerse y el Gobierno no tiene la pretensión de agarrarse el paquete de energía, no hay ese propósito, no sería bien visto por la sociedad salvadoreña. No iríamos por el camino correcto”, añadió.
Afirmó que de lo que se trata es de convencer a Venezuela que den el suficiente petróleo, el 100 %, para cubrir el mercado nacional. Señaló que cuando Petrocaribe tenga condiciones tendrá que buscarse clientes para ir vendiendo ese combustible.
Uno de los problemas de este tipo de acuerdo es que no se conocen los términos del contrato y no se sabe si la deuda de Alba Petróleos será asumida en su totalidad por Petrocaribe, convirtiéndose así una deuda intermunicipal en una deuda de Estado.
Tampoco los distribuidores de gasolina están seguros de si el suministro de combustibles se hará únicamente con Petrocaribe o se podrá importar de firmas internacionales.
En 2006 se constituyó la Asociación Intermunicipal de Energía para El Salvador, (ENEPASA), que firmó ese mismo año un acuerdo con PDV Caribe para formar Alba Petróleos de El Salvador, empresa que ofreció vender combustibles y lubricantes más baratos. Luego se constituyó Alba Alimentos, Alba Médica y Alba Gas. Pero, mientras estas asociaciones argumentan que venden más barato con fin social; la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) denunció que se ha creado una serie de leyes y prácticas anticompetitivas que favorecen a las empresas Alba, para ir sacando del mercado a los productores nacionales.
Además, se critica el vínculo político de Alba con el FMLN, pues sus programas sociales son usados con fines de clientelismo político.