Lluvia rompe bordas y genera deslave en volcán

Unas 11 viviendas son afectadas en caserío El Carreto por deslaves del Chaparrastique

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Cuadrillas de empleados del Fovial trabajaban ayer por la mañana retirando el material que bajó del coloso migueleño tras las tormentas del jueves por la noche. Foto EDH / Carlos Segovia

Por Lucinda Quintanilla comunidades@eldiariodehoy.com

2014-07-04 7:00:00

SAN MIGUEL. La fuerte tormenta de la noche del jueves causó estragos en varias comunidades asentadas en el volcán Chaparrastique, al punto que rompió las bordas que Obras Públicas había hecho para reducir el riesgo que generan los deslizamientos de material pétreo desde la parte alta.

Debido a ello, la vía que conecta San Miguel con el municipio de San Jorge amaneció ayer con cerca de tres kilómetros de calle cubiertos de piedra, arena y lodo.

La comunidad más afectada fue el caserío El Carreto del cantón El Volcán, sector donde se ubican las seis obras de mitigación conocidas como reservorios y que sirven para retener todo el material que baja de la parte alta para evitar que impacte en las comunidades y la carretera al municipio de San Jorge.

En este lugar la calle principal quedó cubierta de material volcánico, incluso, la noche del jueves quedó sin paso para vehículos por unas tres horas.

El material fue removido la mañana de ayer por cuadrillas de empleados del Fondo de Conservación Vial (Fovial).

Las autoridades de Protección Civil explicaron que los deslaves afectaron 11 casas que se encuentran en la misma comunidad.

En una de las viviendas entró material que arrastró la corriente; afortunadamente, estaba deshabitada.

“Hay una quebrada que pasa cerca del lugar conocido como los Girones, esas viviendas resultaron afectadas; pero una casa que estaba sola recibió la mayor cantidad de material”, indicó Maryori Villalta, miembro de Protección Civil Municipal.

Indicaron que al resto de casas solo llegó el material hasta los patios.

Enrique Chávez, líder comunal, explicó que “comenzó a bajar el material desde como a las 7:00 de la noche, se oía un ruido fuerte y al rato las piedras comenzaron a caer”.

Agregó que los conductores de un vehículo y una motocicleta que circulaban por la zona a esa hora quedaron atrapados y con la ayuda de los vecinos lograron salir.

“Todos los vecinos nos salimos de las casas a ver, porque era un ruido tremendo. Esa situación no nos dejó dormir”, contó Chávez.

Según el reporte del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), entre las 6:00 y 6:30 de la noche del jueves, la estación meteorológica ubicada en la parte alta del volcán registró una precipitación de 51 milímetros de lluvia.

Cantidades superiores a los 40 milímetros siempre generan deslaves.

Se rompieron

Un factor que facilitó que los deslaves bajaran con más fuerza fue que las seis obras de mitigación que hizo el MOP estaban llenas de material pétreo que dejaron las lluvias anteriores.

“Los reservorios (obras de mitigación) estaban llenos con las tormentas de la semana pasada, pero la lluvia de ayer las rompió e hizo que llegaran hasta casas que antes no se veían afectadas”, explicó el líder comunal.

Indicó que los vecinos opinan que las obras de mitigación que construyó Protección Civil, más que bien han hecho mal.

La percepción nace porque taparon los cauces naturales donde bajaba la corriente del volcán y ha tomado nuevas rutas que ahora permite afectar viviendas que antes no eran alcanzadas.

Alonso Loza, residente en la zona, dijo que “si sigue lloviendo como ayer tememos por nuestras viviendas y vidas porque las cantidades de tierra, lodo y piedras que bajaron anoche (jueves) fueron muy grandes”.

Él vive en las cercanías de la escuela de la finca Santa Isabel y explicó que arriba de su vivienda tenía, hasta hace algunas semanas, sembradas plantas de maguey; pero personas que han llegado a vivir las cortaron y eso ahora les deja en franca vulnerabilidad.

“Esas matas de maguey nos protegían porque detenían un poco la fuerza con la que baja los deslaves, pero ahora que no hay nada, todo ese material baja sin dificultad, y tanto casas como la escuela puede terminar soterrada si sigue lloviendo”, dijo.

El vecino agregó que los deslaves en la zona de la finca Santa Isabel tomaron nuevas rutas y eso tiene que ver con la tala del maguey que protegía esa zona que ahora se ve más vulnerable.

Yanira Segovia dijo que “nos salimos a ver cuando escuchamos el ruido de la creciente que bajaba, traía grandes piedras, y los vecinos para reguardar las casas, hicimos pequeñas bordas con la piedra y la arena que bajaba, para no permitir que se nos llenaran las casas”.

Ana Cabrera, residente en la zona, indicó que “los hombres comenzaron a hacer pequeños cercos con piedra y arena, porque así como bajó, temíamos que se nos llenaran las casitas”.

Todos los vecinos se mantienen preocupados porque están conscientes de la vulnerabilidad que tienen, y el invierno está en su apogeo; y pueden repetirse con más fuerza los deslizamientos.

Las autoridades del Ministerio de Obras Públicas enviaron ayer por la mañana la maquinaria para limpiar los seis reservorios que quedaron llenos. Indicaron que el material volcánico que levantaron de la vía llegó a unos 150 metros cúbicos, aunque no saben con certeza cuánto material pudo bajar desde la cúspide.