“Mientras no pase México, no paga uno”, explicó Gustavo. Ese es el nombre ficticio de un adolescente que fue repatriado desde Tapachula el 4 de julio y con quien El Diario de Hoy conversó ese día afuera de la Dirección de Atención al Migrante en San Salvador.
Sin embargo, no todos recurren a un coyote para conseguir cruzar la frontera entre México y Estados Unidos.
José Luis es otro adolescente repatriado el 4 de julio y de quien también se omite su verdadero nombre por razones de seguridad. Él inició su viaje el 18 de junio. Seis días después, mientras viajaba en un bus que lo llevaría a Arriaga, Chiapas, agentes migratorios lo bajaron y lo detuvieron en Pijijiapan.
“Me preguntaron mis papeles y les dije que no tenía. Le dije a la muchacha que me dejara ahí. Le dije que era muy malo, que iba por un mejor futuro mío. Solo me dijo: ‘Bajate, bajate”, narra. Tras suplicar sin lograr conmover a nadie, José Luis dice que terminó en una oficina de migración.
“Ahí lo tienen a uno, ahí le hacen el papeleo, agarran varios y unos 20 ya los mandan para Tapachula (…) ahí es un corralón”, explica. Una vez ahí, tanto menores de edad como adultos son enviados a sus países de origen.
“Los menores aparte, mujeres aparte con niños, adultos aparte”, añade. Al preguntarle cuántos niños, dice: “¡Jum, montones! (…) ¡Más de cien!”. Cuando se le pregunta si todavía quiere irse, responde con un sincero “sí”. Al indagar porqué, reitera: “Por un futuro mejor”. José Luis asegura que donde vive lo han amenazado y por eso este era su tercer intento por llegar a Estados Unidos. La primera ve salió del país el 15 de abril y días después lo detuvieron en Comitán, uno de los primeros pueblos de Chiapas a los que se llega tras abandonar Guatemala. Su segundo intento inició el 26 de mayo y se vio truncado cuando avanzó un poco más y llegó a Tuxtla Gutiérrez. El tercero lo inició el 18 de junio y finalizó cuando tomó una ruta más cercana al Pacífico en Pijijiapan. En ninguno de los casos a logrado ir más allá de Chiapas… Según él, la próxima lo logrará.