Sin planes de inversión para Garita Palmera

Al rubro hotelero no se le ve interés en ese lugar

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Los pequeños comerciantes en Garita Palmera expresaron la urgencia de que haya proyectos que lleven desarrollo. Foto EDH / Cristian Díaz

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2014-07-07 8:00:00

OCCIDENTE. La falta de alternativas turísticas en la playa Garita Palmera, en el municipio de San Francisco Menéndez, de Ahuachapán, es el principal obstáculo para el crecimiento económico de la zona y, pese a esa limitante, ni el Gobierno central ni el local tienen planes para crear un polo de desarrollo.

Esa nula inversión ha llevado a los pocos comerciantes informales que operan en Garita Palmera a sentirse olvidados porque las oportunidades económicas no han llegado a ellos.

Según José Alfredo Cruz Marín, representante del negocio El Palmar, en la región hay apenas dos legalmente establecidos. Informales, dijo, son seis.

En la oferta hotelera, el Ministerio de Turismo (Mitur) no registran ningún tipo de hotel en la localidad.

“El más cercano, que se llama La Cocotera Beach Resort, está entre Ahuachapán y Sonsonate. Fuera de eso no tenemos ninguna propuesta de hotel (en la zona)”, explicó la gerente de Proyectos e Inversiones del Mitur, Cristina Morales.

Aunque los pocos comerciantes y residentes coinciden en que la pavimentación de la calle que conduce al lugar, hace cinco años, ha sido de mucho beneficio, no se ha traducido en una mayor afluencia de turistas y, por ende, de desarrollo.

Para María Ascencio Avilés, dueña del comedor Rancho El Mirador, el problema es que “no se le ha dado mucha publicidad a Garita Palmera”.

Para ella, igual que para Cruz Marín, una de las necesidades más grande que existen es la de que la empresa privada invierta en la zona, además de la promoción turística.

“Aunque sea gente de otros países debería de invertir, porque de aquí nadie quiere. Hay buenos terrenos pero están abandonados”, lamentó la comerciante.

El Ministerio de Turismo reconoció que no tienen plan de desarrollo en ese sector.

“No se nos ha informado algún tipo de proyecto de inversión turística, ni tampoco hemos identificado en la zona actualmente”, dijo Morales.

Más dificultades

Otro de los obstáculos que enfrenta la región costera de Garita Palmera es que carecen de agua potable. “El turista cuando viene pregunta si hay agua potable y no tenemos, eso es bien necesario”, aseguró Ascencio Avilés.

Para abastecerse, durante invierno lo hacen a través del agua lluvia y el 80 por ciento que consumen es por medio de pozos. El 20 por ciento restante es por agua embotellada.

Comprar el agua envasada es un lujo, ya que por cada cántaro deben de pagar $0.25, y por un barril entre $1.25 y $1.50.

La municipalidad está consciente del problema que enfrenta el área costera de dicho municipio.

No obstante, aducen que para poder llevar un proyecto de agua potable necesitan de una inversión millonaria.

“Cubriendo entre un 80 ó 90 por ciento de los habitantes de la zona costera con un proyecto de agua potable requiere de una inversión de entre 5 y 6 millones de dólares”, dijo el gerente municipal de la alcaldía de San Francisco Menéndez, Manuel Ojeda.

El funcionario municipal explicó que para impulsar el turismo en la zona se necesita dinero; ya que la mayoría de gente que vive en el casco del cantón (de Garita Palmera) es de escasos recursos económicos.

“Necesitamos que empresas vengan a construir hoteles”, agregó. De generarse inversión en el rubro de la construcción, las empresas que lo hagan tendrán que beneficiar a la misma comunidad con fuentes de empleo y capacitaciones, acotó.

Una última dificultad que enfrenta esta área que tiene mucho potencial turístico es la vulnerabilidad ante los fenómenos naturales por encontrarse cerca del río Paz.

“Cuando el río se sale (de su cauce) del lado del Rancho San Marcos se inunda entre uno y 1.50 metros”, explicó Ojeda, y agregó que: “Por la localización del lugar bien poco invierten en el desarrollo turístico”.

Otros lugares

Pese a que la zona occidental cuenta con esta área de la costa sin explotar, el Ministerio de Turismo cataloga a Ahuachapán, Sonsonate y las zonas sur y centro de Santa Ana como el primer corredor de desarrollo turístico del país.

Este incluye 60 hoteles rurales, 15 hoteles de montaña y 14 de playa.

La gerente de Proyectos e Inversiones del Mitur explicó que un estudio, que realizan cada dos años, les ha permitido determinar que el 55.8 por ciento de personas visitan este corredor por ocio y vacaciones; el 21 por ciento por negocios o eventos; y del resto no dio una razón puntual.

La información data del año 2011. “Este 2014 ya estamos trabajando en una actualización de la información”, manifestó.

El estudio ha determinado que a nivel de la zona occidental, el departamento que reporta un mayor movimiento turístico es Sonsonate, pues tiene una combinación de sol y de montaña, explicó Morales.

Otro aspecto por el cual el Mitur considera la región occidental clave a nivel de viajes es por el segmento de turistas que viaja a través de cruceros y que atracan en el puerto de Acajutla, en Sonsonate.

“El turista tiene una hora máximo para visitar destinos turísticos. Es ahí donde la zona occidental se vuelve un motor de desarrollo turístico”, manifestó la ejecutiva del Mitur.

En el área de parques turísticos, la localidad que está demostrando mayor actividad e inversión es la Ruta de las Flores.

“Ha aumentado en los últimos cinco años la inversión, y también la inversión de calidad que están haciendo los empresarios de la zona”, expresó Morales.

A parte de ello incentivan a los municipios a través del programa “Pueblos Vivos”.

El año pasado el Mitur, a través de la Corporación Salvadoreña de Turismo (Corsatur), realizó una inversión de poco más de 50 mil dólares en la adecuación del parque temático natural del municipio de Salcoatitán, en Sonsonate, en el marco de la segunda etapa de Pueblos Vivos denominada Pueblos Encantadores.

“Esto incentivó a otras municipalidades de los alrededores a hacer pequeñas inversiones”, aseguró la gerente de Proyectos e Inversiones del Mitur.

Sin embargo, reconoció que debido a que el presupuesto es limitado (solo en el mantenimiento de los 26 miradores a nivel nacional invierten 65 dólares anuales) no pueden realizar mayores gastos con los cuales puedan fomentar el desarrollo turístico.