Ausentismo en escuela de San Julián tras asesinato de joven

b La víctima, de 19 años, deja en la orfandad a una bebé. Se ganaba la vida ordeñando vacas. ??l y dos hombres más fueron ultimados en diferentes municipios de Sonsonate

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Estudiantes del centro escolar caserío San José, en San Julián, Sonsonate, observan el lugar donde fue ultimado Joel Mejía, de 19 años. Foto EDH / Mauricio Cáceres

Por Diana Escalante Lilibeth Sánchez sucesos@eldiariodehoy.com

2014-07-03 7:00:00

La relativa calma en la que viven las familias del caserío San José, cantón Palo Verde, en San Julián, Sonsonate, se rompió ayer con el homicidio de un joven de 19 años.

Joel Orlando Mejía fue asesinado a las 4:00 a.m., cuando salió de casa para ir a trabajar ordeñando vacas. El homicidio fue cometido a 200 metros de su casa y a 50 del centro escolar de donde era exalumno.

En esa institución se imparte hasta sexto grado, por lo que en 2010, al concluir sus estudios, Mejía prefirió empezar a trabajar para ayudarle a sus padres a criar a sus cinco hermanos menores.

El director de la escuela aseguró que casi todos los pobladores del cantón se conocen, por lo que ayer, pasado el mediodía, no faltó quién relatara que Joel Orlando era una persona de bien y que dejaba en la orfandad a una bebé.

En la zona nadie se explicaba por qué unos tres hombres habían matado a balazos al joven en una calle principal y luego movieron el cadáver hacia unos matorrales situados a pocos metros.

Decenas de niños contaron que a la hora del homicidio se escucharon seis disparos. Horas más tarde, cuando iban para el centro educativo, descubrieron un rastro de sangre y a pocos pasos el cadáver.

Tras enterarse del homicidio cerca de la escuela, muchos padres optaron por no enviar a sus hijos a clases. El director de la institución confirmó que en el turno de la mañana solo hubo un 25 por ciento de asistencia.

Matan a adolescente que sobrevivió a un ataque

Un mantel con varias tortillas regadas cerca de un cañal de la hacienda Copapayo, en el cantón del mismo nombre, en Armenia, Sonsonate, fueron las pistas para que una familia encontrara el cadáver de un adolescente de 14 años.

Sergio Eduardo Solórzano Alegría desapareció el miércoles al mediodía, cuando salió de casa a comprar las tortillas. Desde entonces sus parientes no supieron más de él.

La víctima fue encontrada semienterrada en un cañal por donde debía pasar para llegar a la vivienda. Las autoridades dijeron que murió estrangulado porque tenía un cincho atado al cuello.

En la escena fueron encontradas una pala y una piocha, por lo que se presume que sus asesinos ya habían planificado el ataque.

Los parientes de Sergio Eduardo dijeron que él residía desde hace unos meses en la zona, a donde llegó huyendo de mareros de la 18 que delinquen en su antigua colonia, en el mismo municipio.

La víctima ya había sufrido un ataque de miembros de este grupo, quienes lo atacaron porque supuestamente se negaba a ingresar a la pandilla.

Para ganarse la vida el adolescente, junto con otro familiar, se vestía de payaso y de chichimeco.

Mientras las autoridades terminaban de procesar las escenas de ambos homicidios, la Fiscalía confirmó que otro hombre, quien no pudo ser identificado, fue ultimado a balazos en el cantón Piedras Pachas, en Izalco, Sonsonate.

Muere una joven en ataque y otra fue herida

Patricia Esmeralda Chávez Hernández, 19 años, fue asesinada en el caserío El Mameyal del cantón San Juan, en Chinameca, San Miguel. Otra joven que acompañaba a Chávez también resultó lesionada en el hecho.

Las autoridades no revelaron cuál habría sido el móvil del ataque.

En otro hecho, Cristian Vanegas, de 19 años, fue asesinado por supuestos pandilleros que lo acosaban. El ataque fue cometido en la colonia El Vaticano, en Puerto El Triunfo, Usulután.

También un hombre identificado como Guadalupe López Cano, quien era trabajador de una finca, murió tras ser atacado con una escopeta.

El asesinato fue cometido en el cantón Joya Galana, en Apopa. No hubo capturas