Solo uno de los elevadores funciona en el hospital Bloom

Usuarios y médicos se ven en dificultades para llegar a los servicios de hospitalización

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Empleados y usuarios esperan el elevador en el hospital Bloom.

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2014-07-23 8:00:00

Desde hace más de tres meses subir y bajar a los diferentes servicios y oficinas ubicados en los 11 niveles de la torre del Hospital Nacional de Niños Benjamín Bloom se ha convertido en un verdadero problema.

Cinco de los seis ascensores están dañados. Empleados y usuarios hablaron sobre las dificultades que enfrentan.

El Bloom es el único centro especializado en la atención pediátrica, los servicios están distribuidos en 11 niveles, en el último está la Unidad de Formación Profesional, el auditorio y la casa de Médicos residentes, en el piso 10 se encuentra Ortopedia, la biblioteca y la escuela de Educación Especial…

Entre los inconvenientes que enfrentan se encuentra el traslado de pacientes de los servicios de hospitalización para realizarles exámenes o llevarlos de sala de Operaciones, Cuidados Intensivos y la Emergencia hasta los cuartos de internamiento. “No pueden subir la ropa limpia para cambiar a los niños, las pachas y la comida es casi imposible subirla”, expresó un médico. Cada cierta hora, el personal debe entregar piso por piso las pachas de los infantes hospitalizados, lo mismo sucede con la ropa.

Es martes, son las 9:24 de la mañana, 10 personas esperan en la planta baja el único elevador que funciona, han pasado cuatro minutos y el ascensor no pasa del nivel cinco, luego para en el dos, a las 9:30 de la mañana esas personas y otras más logran subir.

Dos enfermeras se quedan a la espera de que vuelva a bajar porque el ascensor va lleno.

Cuando el reloj marca las 9:33 de la mañana una señora se acerca con un niño que usa lentes, van para el piso nueve, a Bienestar Magisterial, el infante tenía cita a las 9:00.

¿Estos no sirven, nos vamos por las gradas mamá? Se le escucha decir al niño.

Ella le pregunta a una de las enfermeras que están a la espera de los elevadores ¿a esta hora no vienen muy llenos?, esperemos que no, le responde.

Pasan 10 minutos y la señora sigue ahí, el lugar ya se llenó. Una empleada que se dirige al nivel nueve dice que es difícil subir, que por la mañana, por un rato, se quedó atorado.

En el transcurso de los minutos llega otra señora con un adolescente, pero se da la vuelta, prefiere usar las gradas.

Mientras, el niño de lentes le insiste a su madre que se vayan por las escaleras.

“¿Subir por las gradas? Ahora no, ando enferma, me duelen los huesos, hoy no tengo voluntad para eso”, expresó la señora. Frente a ella está Amanda, ella tiene a un bebé en la sexta planta “el problema es que no están todos los ascensores en función y hay mucha demanda”.

“Esta situación me afecta, lo correcto sería que estuvieran funcionando todos”, añadió Amanda.

Su lectura es que si no los han reparado es porque no hay fondos: ahí es de buscar donaciones u otras cosas prosigue.

La señora que va con el niño de lentes la interrumpe “lo ideal sería que si ustedes publican algo, que las autoridades hagan algo porque el Bloom es el hospital para niños de todo el país y aquí nos venimos a refugiar todos y no sirven los ascensores, es terrible…”. En ese momento se abre el elevador.

Bendito, se escucha decir, ya son las 9:50 de la mañana.

Dos señoras no alcanzan a subir, el ascensor ya va lleno.

Una de ellas es Carmen Díaz, su hijo tiene 18 días de estar ingresado en el nivel ocho, relata que ha sido todo un lío poder subir y bajar, al día en promedio lo hace cuatro veces.

Ella debe bajar para irse a bañar y desayunar, luego sube a cuidar a su hijo, en el transcurso de la mañana la mandan a traer algún medicamento, luego vuelve a bajar para ir a almorzar, cenar…

“Voy hasta el ocho, imagínese, y nos toca subir esas gradas y a veces nos mandan a traer medicamentos, tenemos que bajar a comprar comida, subir esas gradas está duro”, expresó Carmen.

Dice que a mediodía es más difícil poder abordar un ascensor, la mecánica es bajar las gradas y para subir esperar el ascensor, pero cuando va muy lleno porque traen pacientes le toca irse a pie y con varias pausas logra llegar hasta donde está su hijo.

Sofía Amaya es otra de las madres de familia que tiene a su hijo ingresado en el octavo nivel. “Nos afecta mucho que solo un ascensor funcione porque hay mucha gente que necesita subir”.

“En día de semana por la mañana mucho cuesta (…) Suben todos los doctores, bajan pacientes y, a veces, traen pacientes. Por eso nosotros no subimos”, añadió Sofía.

El martes se buscó la versión de la dirección, pero el personal de Relaciones Públicas dijo que el director se encontraba fuera del hospital y el subdirector estaba en reunión, que al terminar daría una respuesta, pero no se obtuvo.

En el Bloom constantemente se dañan uno o dos de los elevadores, varias personas cuentan que ya se han quedado “trabados”.