Heraldos del Evangelio dedicó una noche a María

b Fue una noche para reflexionar sobre el papel de la Santísima Virgen

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Monseñor Luis Morao fue el encargado de coronar la imagen de la Virgen de Fátima. Fotos edh / Jorge reyes

Por Georgina Vividor comunidades@eldiariodehoy.com

2014-05-31 7:00:00

Con el propósito de recaudar fondos para la construcción de una iglesia y un centro de formación para jóvenes, Heraldos del Evangelio realizó una cena benéfica en honor a la Virgen Peregrina de Fátima.

Para dar la bienvenida a los invitados a la actividad, la imagen de María hizo su entrada por el salón, acompañada por el coro de los Heraldos, quienes cantaron “Es María, la blanca paloma”, un momento muy emotivo para los asistentes.

Posteriormente, monseñor Luis Morao, arzobispo de Chalatenango, se encargó de coronar la imagen de la Virgen en representación de todos los asistentes.

A continuación, el sacerdote Álvaro Mejía, superior de los Heraldos del Evangelio en Guatemala, se encargó de dirigir una meditación en la cual se reflexionó sobre el papel que juega la Madre de Dios en la vida cotidiana y la importancia de tener un lugar especial para su adoración.

“El principio de todas las cosas es el pensamiento y el amor de Dios, desde toda la eternidad, por ello pensó en María Santísima como un eslabón sublime que enlaza de una forma definitiva nuestra historia humana con la de la Santísima Trinidad”, exclamó el sacerdote.

Para Mejía, es difícil comprender que en el dulce y humilde rostro del Inmaculado Corazón de María, en su advocación de Fátima, existe una grandeza extraordinaria.

Aseguró que durante nueve meses la Santísima Virgen fue un tabernáculo viviente, tiempo en el que el Niño Jesús estuvo, absolutamente, sujeto a su madre.

Explicó que, a lo largo de la historia, las necesidades de los cristianos han exaltado su nombre dándole un sin fin de virtudes y llamando sus advocaciones, dependiendo de los lugares donde ha hecho sus apariciones.

“Al santo nombre de María nosotros añadimos nuestras propias necesidades, refugio de los pecadores, auxilio de los cristianos, podemos pues afirmar que es fundamento de la bondad de Jesucristo”, añadió durante su reflexión el sacerdote.

De igual manera, se recordó la llegada de la imagen de la Virgen en 1998, desde Portugal, la cual ha recorrido diversos cantones, hospitales, ancianatos, parroquias, hogares en todo el país, hasta la Asamblea Legislativa.

Se recordó, también, que la misión de los Heraldos es evangelizar y difundir su mensaje de fe a todas las personas que necesiten de ayuda espiritual.

Luego de la meditación, el Coro de los Heraldos del Evangelio deleitó a los asistentes con un concierto en el que interpretaron cantos gregorianos y una secuencia de alabanzas.

Los asistentes salieron satisfechos del evento.