SANTA ANA. Ayer se cumplió el tercer día consecutivo de que el tren de aseo no recoge la basura de las colonias santanecas. Esto debido a la huelga que mantienen sindicalistas de la municipalidad.
El alcalde santaneco, Joaquín Peñate, explicó que para enfrentar el paro laboral ha tenido que emplear algunos camiones particulares, significando para la municipalidad una inversión de unos mil dólares diarios.
Asimismo, ayer algunos vehículos de la comuna realizaron un recorrido por el centro de la ciudad y recolectaron la basura en los puntos más críticos.
“También quiero agradecer a la empresa privada que nos ha apoyado poniendo su transporte”, reconoció el edil.
Otra de las medidas fue solicitar el apoyo del voluntariado, quienes trabajaron desde las cuatro de la madrugada en las tareas de limpieza.
El secretario general del Sindicato de Trabajadores Municipales de Santa Ana (Sitramsa), José Paíz, aseguró que la huelga continuaría hoy.
“La ciudadanía no tiene la culpa de lo que está pasando, es culpa de la mala administración que tenemos hoy en día”, señaló.
Además del aseo urbano, también se encuentran paralizadas las labores de ornato y zonas verdes, bacheo, maquinaria pesada, alumbrado público, rastro, estadio, talleres vocacionales y el vivero municipal.
Los promontorios de basura eran notables en la zona norte del Teatro de Santa Ana, en las afueras de Medicina Legal, donde los recipientes estaban colmados de desperdicios y en las esquinas de las principales calles de la ciudad.
La basura en algunos lugares se ha esparcido por la calle y los basureros ilegales han ido ganando terreno estos últimos tres días.
El edil aún no logra llegar a un acuerdo con los sindicalistas, lo que ya le esta pasando factura a él y los habitantes.
El invento en la crisis
El santaneco Daniel Ortega es uno de los pocos beneficiados con la paralización de labores de los empleados del área de aseo urbano de la alcaldía municipal.
Ante la falta de recolección de la basura y la necesidad de la población, Ortega se ha dado a la tarea de llegar a las comunidades y ofrecerse para ir a botar la basura a cambio de unas monedas.
Ortega asegura que solo el pasado sábado recolectó 15 dólares, mientras que entre semana apenas alcanza los ocho dólares diarios trabajando como jornalero.