Dos hombres que transportaban 1,500 libras de carne de caballo fueron detenidos ayer en un control vehicular situado en el lugar conocido como La Flecha, en la carretera antigua a Zacatecoluca, La Paz, informó la Policía.
Los detenidos son Josué Rosales y Salvador Ernesto Flores, y serán procesados por el delito de transporte de mercadería de dudosa procedencia y alteración y comercio de alimentos nocivos para la salud, dijeron los agentes que arrestaron a los dos sujetos.
De acuerdo con las primeras investigaciones, la carne sería comercializada en los mercados Central y San Miguelito.
Los investigadores dijeron que la carne que iba encima del resto del producto, sí era de vaca, para ocultar la de caballo; y era transportada en cinco depósitos, tipo barriles.
Detallaron que los detenidos trasladaban carne de seis caballos desde un rastro clandestino ubicado en San Rafael Obrajuelo. El decomiso se efectuó a las 4:30 de la madrugada después que los arrestados intentaran evadir los controles policiales. Los sujetos no tenían la documentación que amparara la legalidad de la carne.
Los investigadores afirmaron que el vehículo decomisado ayer, es el mismo donde hace tres semanas se realizó el decomiso de mil libras, también de carne de caballo.
El anterior decomiso se realizó en el sector del caserío Arco, cantón El Pedregal, de la jurisdicción de El Rosario, en el kilómetro 46.5 de la carretera nueva de Zacatecoluca.
El vehículo donde se transportaba era color blanco, placas P-632-147 y los policías aseguran que pertenece a Arístides Omar Ordóñez, de 39 años, quien fue arrestado en el anterior decomiso. Afirman que el sujeto es reincidente en este tipo de delito.
“Los sujetos ya tienen un plan para comercializar este tipo de producto. Hay un pick-up blanco que se adelanta para avisar si hay retenes. Esta vez no sabían que teníamos otros retenes en la misma calle”, expresó uno de los policías encargados del procedimiento.
Al lugar se presentó el delegado del Ministerio de Salud, Luis Vásquez, quien después de practicarle pruebas de sanidad a la carne, ordenó su destrucción con fuego y luego proceder a enterrarla.
“Las consecuencias que puede tener al comer esa carne es grave. No va certificada para su consumo humano y, al comerla, podría transmitir enfermedades como la tuberculosis o la brucelosis, y esas son enfermedades que se pueden transmitir al humano. En los controles de sanidad son detectados y erradicados”, advirtió el delegado de Salud.