Cinco manzanas de café afectadas tras deslaves en el Chaparrastique

Fueron tres fincas las afectadas con material pétreo del volcán después de tormentas

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Así lucían ayer los reservorios u obras de mitigación que Obras Públicas hizo para retener el material volcánico que baja del cono del Chaparrastique. Los reservorios están saturados.foto edh / carlos segovia

Por Lucinda Quintanilla comunidades@eldiariodehoy.com

2014-06-24 7:00:00

SAN MIGUEL. Las tormentas que cayeron la tarde y noche del lunes en el volcán Chaparrastique, generaron problemas serios en los sembradíos de café de varias fincas de la zona.

La mañana de ayer las autoridades de Protección Civil, realizaron una inspección en la zona e indicaron que fueron cinco manzanas de terreno que tenían sembradíos de café, los que quedaron cubiertas de material pétreo.

Las fincas afectadas con los deslaves fueron tres, La Alpina, Santa Rita y Silva, todas en el caserío La Piedrita del cantón Conacastal, de Chinameca.

“Según nos dijo el dueño de la finca La Alpina, y después de visitar la zona, son cinco las manzanas de terrenos que fueron afectados por los deslaves, ahí había café sembrado”, explicó Antonio Saravia, técnico de Protección Civil, destacado en la zona.

Los caminos dentro de la misma finca que llevan hasta donde están los sembradíos están llenos de material y el paso a algunas zonas dentro de los mismo terrenos se ha imposibilitado.

Por el momento las autoridades no contabilizan la pérdidas en los cultivos, pero aseguran que se trató de una buena cantidad de material la que bajó y les dejó con buena parte de los cultivos dañados.

“Por ahora no tenemos la cantidad de material que bajó por las tormentas, pero sabemos que fue una cantidad grande”, indicó Saravia.

El material también alcanzó las cercanías de la escuela en la finca Santa Rita, pero explicaron que no causó problemas, pues relativamente fue poco.

Según el registro del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), entre las 5:40 y 6:10 de la tarde del lunes la lluvia que cayó en la zona del volcán acumuló 50 milímetros.

Minutos antes había bajado material volcánico que llegó hasta a las tres fincas afectadas, y algunos restos alcanzaron las calles en la zona baja, aunque el material no alcanzó a llegar a las viviendas cercanas.

Según un comunicado emitido por el MARN, en las últimas 24 horas de ayer, habían caído en el volcán 64 milímetros de lluvia.

Producto de las mismas tormentas, quedaron azolvados o llenos por completo dos de los reservorios más grandes en el volcán, mismos que debieron recibir al menos siete mil metros cúbicos de piedra, arena y lodo que bajaron del Chaparrastique.

Las obras de mitigación que colapsaron están ubicados en el caserío El Carreto, del cantón El Volcán, en San Miguel.

“Tenemos cinco reservorios en esa zona y dos de ellos quedaron cubiertos de material, los otros dos están llenos de agua”, indicó Saravia.

Esto genera preocupación, pues si sigue lloviendo en la zona, el material que se desprenda no tendrá en que retenerse y llegaría a las viviendas y calles.

Las autoridades no especificaron cuando limpiarán los reservorios llenos de material, pero esperan que la intensidad de las lluvias que han pronosticado sea menos a las del lunes para evitar más problemas en l zona.

El MARN indicó en su informe 181 que la vibración sísmica del volcán continúa arriba de lo normal, con tendencia gradual a la baja.

“Cambios súbitos son usuales en la sismicidad de este volcán y en ocasiones vienen acompañados de pequeñas explosiones con leves emisiones de gases y ceniza”, explican las autoridades del MARN.

Según los expertos ese comportamiento sugiere la ocurrencia de inyecciones magnéticas profundas o vibración del edificio debido al paso de fluidos (gases, agua y magma) a través de grietas y conductos dentro del volcán, lo que puede ser indicador de actividad eruptiva, ya sea a través del cráter central o por sus flancos.

Ante este escenario, el MARN continúa su dispositivo de monitoreo reforzado en el volcán, manteniendo una comunicación estrecha con la Dirección General de Protección Civil y observadores locales.