Desde cárcel ordenaron ataque contra delegación y patrulla policial de Quezaltepeque

Según la Fiscalía, César Daniel Renderos, alias "El Muerto", participó de una reunión en penal de Izalco para planificarlo

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César Daniel Renderos, apodado"El muerto", fue detenido horas después de haber cometido la masacre en 2006. Foto EDH / Archivo

Por sucesos@eldiariodehoy.com

2014-06-16 8:00:00

Uno de los cabecillas de la pandilla 18, convicto de la masacre de una familia en Antiguo Cuscatlán, fue formalmente acusado por la Fiscalía General de ser uno de los autores intelectuales de los atentados contra una patrulla policial de la delegación de Quezaltepeque.

El proceso judicial contra Renderos y otros ocho sujetos se abrió en el Juzgado Antimafia de San Salvador por los delitos de actos de terrorismo, homicidio agravado y agrupaciones ilícitas (asociarse para delinquir).

Tres de los procesados fueron acusados en el penal de Izalco, donde purgan sus sentencias por otros delitos.

El ataque se perpetró el pasado 5 de abril y murió un agente y otro resultó gravemente lesionado.

El jefe fiscal de la Unidad Especializada Antipandillas, Óscar Torres, afirmó que César Daniel Renderos, alias “El Muerto” o “Cementerio”, junto a otro grupo de cabecillas de la pandilla 18, planificó el ataque desde el penal de Izalco con compinches que delinquen en los municipios de Apopa, Quezaltepeque y otros lugares.

El juez pasó el caso a la etapa de instrucción (previa a juicio). Los otros cinco fueron detenidos en operativos en varias colonias de Mejicanos, Ciudad Delgado, Apopa, Quezaltepeque, Aguilares, Santo Tomás y Zacatecoluca.

El Ministerio Público acusó también a Francisco Alvarado Durán, apodado “Niño Crazy”.

Tanto Renderos como Alvarado Durán figuraban entre los 30 cabecillas de la Mara Salvatrucha y la pandilla 18 que fueron trasladados del Penal de Máxima Seguridad a otros más flexibles en virtud de la tregua entre pandillas.

Por el ataque también está acusado Marcelino Antonio Guillén, alias “Cawina”.

Este último también está procesado de haber participado en la muerte de un reo identificado como Mardoqueo Alberto Hernández Acevedo, quien fue asesinado el 28 de marzo en el Centro Penal de Izalco, debido a una pugna entre la misma pandilla.

Otros pandilleros que participaron directamente en los hechos ya fueron detenidos y acusados en un juzgado de Paz de Quezaltepeque.

¿Por qué la FGR acusa a “El Muerto”?

El jefe fiscal afirmó que dentro de la investigación, la Fiscalía tiene a un pandillero que participó en los hechos pero que ahora decidió declarar contra sus mismos compinches.

El pandillero declaró que después que muriera un marero de la 18, que era considerado cabecilla, durante un enfrentamiento con la Policía el 19 de febrero, los tres mareros se reunieron en el penal de Izalco y planificaron cometer un ataque contra los agentes, en venganza de su compinche.

Esta reunión se produjo 22 días antes del ataque contra los policías.

Vía telefónica, según la Fiscalía, el pandillero ordenó que se movieran las armas desde una casa destróyer (donde habitan los mareros) entre Apopa y Aguilares hacia Quezaltepeque.

“El Cawina” insistía que se cometiera el ataque y hubo una discusión entre ellos; algunos mareros decían que no atacaran a la Policía, porque el municipio se había declarado libre de violencia. Sin embargo, “acordaron avalar el enfrentamiento”, acotó el fiscal Torres.

El día del arremetimiento a la delegación, los pandilleros se reunieron por la mañana dentro del penal, para afinar detalles del ataque y ordenaron que fuera “Cawina” el responsable de dirigir el enfrentamiento desde el penal, con los pandilleros que se encontraban en las calles, según la declaración del marero beneficiado.

Dentro de la investigación se ha establecido que los cabecillas utilizaron varios teléfonos para comunicarse con los otros pandilleros.

Evidencias

Para reforzar esa investigación, el Ministerio Público ordenó una requisa en el interior del penal de Izalco, donde se localizaron 200 teléfonos celulares, una tablet, 400 chips, memorias y otros objetos.

“Ya estamos en la etapa de pedir la autorización para realizar un análisis a los teléfonos encontrados en las celdas de los sospechosos, con los encontrados en los operativos de las casas donde fueron detenidos los autores materiales de los hechos. Eso nos a va permitir cruzar y analizar algunas conversaciones donde planificaron y ordenaron los hechos los pandilleros.

Torres detalló que en la investigación de los ataques contra la Policía se ha procesado a 14 pandilleros.

Sin embargo, la investigación dentro del penal y contra toda la estructura de la 18 de la zona, han alcanzado a alrededor de 67 sujetos.

Algunos están procesados por la muerte del reo Hernández Acevedo. A éste lo asesinaron a las 10:00 de la mañana y luego, a las 2:30, lo colgaron de un barrote para que las autoridades pensaran que era un suicidio. Sin embargo, la investigación determinó que había sido asesinado por los mismos reos. La Fiscalía aún no ha determinado cuál fue la causa de la muerte del reo.

La masacre de Antiguo

El convicto fue sentenciado en 2007 a 35 años de cárcel por ser el autor intelectual de un quíntuple asesinato, ejecutado junto a otros cuatro mareros, según su expediente judicial.

El sujeto era cabecilla de la pandilla en la comunidad Las Palmas, de San Salvador.

La acometida fue repudiada por todo el país, ya que dos de los hermanos asesinados quedaron abrazados al intentar cubrirse de la nutrida balacera. La Iglesia Católica calificó el ataque como un hecho “pavoroso”.

Las autoridades fiscales y policiales que lo procesaron en la referida fecha afirmaron que su historial delictivo era comparado al de Carlos Mujica Lechuga, “Viejo Lin” (supuesto cabecilla nacional de la 18).

“El Muerto” lideraba una banda dedicada al robo de autos y al narcotráfico, entre otros delitos. Fue apresado el mismo día de la masacre, cuando conducía un vehículo robado. El sujeto vivía en una casa alquilada en la residencial Lomas de Altamira.

Según las autoridades, sus orígenes no daban para llevar ese lujoso tren de vida: pagaba 500 dólares por la mitad de la casa. Las autoridades le incautaron cuatro vehículos. Uno de estos es el que utilizaron en el acribillamiento.

También le decomisaron armas que cuando fueron sometidas a exámenes balísticos, para determinar si eran las homicidas, dieron positivo.

Las pruebas contra el convicto eran videos, testimonios y otras evidencias.

Según las autoridades, los mareros iban para asesinar a Mayra Lisseth Bonilla, de 15 años, quien era testigo de un delito cometido por la pandilla 18 de la comunidad Las Palmas.

Pero en el acribillamiento también murió Dany Alexánder Guevara, de 12 años, quien también era testigo y víctima en el proceso judicial que se le sigue a 16 pandilleros de la 18, capturados el pasado 5 de abril en la referida comunidad.

“El Muerto” también está implicado en este caso, pero no había sido detenido.