Las manos creadoras de don José Navidad, de 64 años, son ásperas por los callos formados por el trabajo agrícola desde su niñez; su sombrero lo delata porque el trabajo en el campo ha sido de toda la vida.
Pero el peso de los años y las labores agrícolas no le han desdibujado su sincera sonrisa, y las arrugas que se le surcan el rostro y su bigote espeso; tampoco le impiden que se le vean ojos alegres.
Ese es don José, un hombre sin formación académica, que no sabe leer ni escribir; pero con una impresionante creatividad en artes plásticas para hacer máscaras de madera de cedro.
El artista reside en el cantón Concepción, en Candelaria, Cuscatlán. Él cuenta la jornada en la que trabaja “las hago de 4 a 7 de la noche o de las 4 hasta 5:30 de la tarde”, dijo.
Inicia labrando un pedazo de madera, las saca de su imaginación porque no tiene ningún “figurín” que le sirva de guía. Es de ahí que salen los nombres de los antifaces.
Las máscaras que labra son de cedro porque este material es liviano, es más blando y dura muchos años; tampoco se pica, ni se pudre, explicó el artesano.
Con lápiz raya la madera para formar los ojos y la boca, que terminan de agarrar forma cuando comienza a picarlos con un desarmador.
Es así como comienza labrando y quitando las partes mas gruesas de la madera, para ello se auxilia con un machete y da talla a figuras como la gata, un faraón, el viejo barbudo, el rey, la muerte y otros.
También tiene otras herramientas indispensables para hacer un buen trabajo, y ellas son unos pedazos de cumas, formones, cinceles, desarmadores y una “gurbia” (especie de formón) para dar forma, ésta la mandó hacer con el herreros.
La nueva creación que prepara es la del indio con plumaje, ya que las primeras las vendió a un diputado y un amigo;además comentó que
en noviembre pasado alquiló las máscaras para las fiestas patronales de su municipio.
Él asegura que seguirá perfeccionando sus obras, que a futuro aspira venderlas en pueblos vecinos.