Religiosos afinan proceso de pacificación

Católicos y evangélicos se proponen luchar por un diálogo permanente con las pandillas y la sociedad.

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Representantes de iglesias evangélicas y católicas buscan reducir la violencia a través del diálogo con las pandillas.

Por Jaime López sucesos@eldiariodehoy.com

2014-06-10 7:00:00

Sacerdotes y pastores reiteraron ayer su deseo de contribuir en el proceso de pacificación del país, mediante la estrategia del diálogo.

“En ese diálogo tenemos que participar todos los autores, asumiendo diferentes roles, porque en el trabajo de la paz hay oportunidad para todos y no podemos excluir a nadie”, afirmó ayer Félix Arévalo, representante de la iglesia Evangélica de El Salvador.

Asimismo apuntó que no se puede desconocer que hay una experiencia alrededor de dos años, más conocida como “tregua entre pandillas”, y que para los católicos y evangélicos, siempre la han identificado como un proceso de pacificación.

“Ese proceso, decidimos las iglesias abrazarlo, cuando lanzamos la iniciativa pastoral en noviembre de 2012”, puntualizó Arévalo.

A juicio del pastor, la tregua dio frutos significativos, tangibles e incuestionables a nivel nacional y que la comunidad internacional los ha reconocido, valorado y sería poco inteligente y sabio iniciar otro diferente.

Aseguró que los cristianos valoran “positivamente” el esfuerzo, a pesar de que el fiscal general, Luis Martínez, lo calificó de “hipócrita”.

Martínez ha cuestionado duramente el proceso de pacificación porque según él, los pandilleros cambiaron su estrategia de matar abiertamente por aquella de desaparecer a sus adversarios y aumentar las extorsiones en los comerciantes, empresarios y salvadoreños en general.

Además, se valieron de una serie de privilegios para entrenarse en el manejo de armamento pesado y adquisición del mismo.

El obispo de la iglesia Anglicana, Martín Barahona, calificó el impasse que se experimenta en la actualidad, en el que por día se registran más de 14 homicidios, a una etapa de receso y reflexión mientras pasaban las elecciones.

“El tema de la violencia nos preocupa a todos y todas, especialmente a todas las iglesias”, subrayó.

“En estos momentos, lo único que podemos decir es que la situación está difícil”, dijo.

Por su parte Arévalo agregó que “estamos conscientes de que tenemos una guerra social que tiene profundas causas estructurales, la violencia de décadas”.

Para frenar esta escalada se proponen instalar de manera permanente e institucional, el mecanismo del diálogo con las agrupaciones violentas del país.

Estiman que el papel del gobierno debe ser de apoyo a las iniciativas de paz, pero el diálogo con las pandillas es competencia de las iglesias, con la participación de los diferentes actores de la sociedad.