17,447 asesinatos durante la gestión de Mauricio Funes

En los últimos cinco años se incrementaron las masacres y ataques múltiples cometidos con armas largas

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Cientos de personas lloraron a sus parientes que fueron asesinados en colonias, barrios y pueblos. Entre las víctimas hubo muchas personas de provecho para el país.

Por ??scar Iraheta Twitter: @oscar_iraheta

2014-05-30 8:40:00

La gestión del presidente saliente Mauricio Funes dejó al país con una espiral de violencia que alcanzó los 17, 447 homicidios y una tregua entre pandilleros que ayudó a su fortalecimiento y reestructuración.

La violencia se recrudeció en los últimos meses debido a las pugnas entre pandilleros y el crimen organizado, según las autoridades de Seguridad.

Entre el 23 y el 25 de mayo se cometieron 81 homicidios, sólo el viernes 23 de mayo, hubo 36 asesinatos, convirtiéndose en uno de los días más violentos de los últimos años, de acuerdo con las estadísticas.

Ante esa imparable ola de asesinatos, el presidente Funes, dijo sentirse “tremendamente impactado por la jornada de violencia…”.

Se limitó a enviar su “pésame” a las familias de las seis personas asesinadas en un autobús y “a todas las víctimas de la violencia irracional que sufrimos los salvadoreños y salvadoreñas”.

Funes añadió, el 24 de mayo, en su acostumbrado programa radial de los sábados, “que además del accionar de las pandillas, también el crimen organizado con vinculaciones políticas estaría involucrado en los asesinatos”.

Por su parte el ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Perdomo, expresó que “en la incidencia de homicidios existe una tendencia de una disminución paulatina, pero no solo vemos los homicidios, tenemos una estadística de la eficacia policial que comprende todos los delitos y la tendencia ha sido a la baja, el problema está en que no se quiere ver esas cifras, hay también un problema de percepción”, dijo Perdomo.

Sin embargo, las masacres y hechos de violencia siguen imparables. Uno de los últimos ataques fue el perpetrado en el interior de una unidad de transporte colectivo de la ruta 302, en el kilómetro 38 de la carretera a Comalapa, ocurrido el viernes 23 de mayo. Hubo seis personas muertas y cuatro heridos.

En ese hecho, murieron dos custodios del penal de máxima seguridad y un cabo de la Policía Nacional Civil.

Hasta ayer las autoridades no habían hecho público los avances de las investigaciones de las últimas dos masacres.

Según las estadísticas, los ataques contra policías y empleados del sistema de justicia, se incrementaron en los últimos años de parte de las pandillas.

El otro hecho similar, cometido ese mismo viernes, fue contra seis mecánicos de una cooperativa en la hacienda La Carrera, en el municipio de Jiquilisco, Usulután.

Pacto entre maras mermó los homicidios

En los primeros años de gestión del presidente Funes las cifras seguían en incremento comparadas con la gestión del expresidente Antonio Saca. Las cifras oficiales reflejan que en el período de Saca (2004-2009) se perpetraron 17,612 asesinatos.

En los últimos seis meses de 2009, que comprendieron la gestión de Funes, se cometieron 2.576. En total del año fueron 4.365, de acuerdo con las cifras oficiales.

La violencia no paró en 2010 y las cifras oficiales de Medicina Legal indicaron que 4,004 salvadoreños fueron ultimados en el referido año.

El mismo panorama fue en 2011, cuando 4,272 personas fueron asesinadas. Los números de la criminalidad eran altos y los homicidios imparables.

Sin embargo, en marzo de 2012 ocurrió lo que nadie esperaba: el Gobierno de Funes ordenó el traslado de la cúpula de las pandillas desde el penal de máxima Seguridad en Zacatecoluca, “Zacatraz”, hasta cárceles comunes y facilitó a dos personas que sirvieran como mediadoras entre los mareros y el Gobierno.

La tregua entre los pandilleros le permitió al Gobierno de Funes maniobrar y sacar al país de los primeros lugares de los más violentos del mundo. Sin embargo, la violencia en El Salvador siguió en niveles altos, pues los pandilleros solo modificaron su actuar, ya que ordenaron asesinar y enterrar a sus víctimas para evitar que se incrementara el número de homicidios.

En los últimos cinco años, las cifras oficiales del Instituto de Medicina Legal registran que hubo 10 mil denuncias de personas reportadas como desaparecidas, aproximadamente.

La Fiscalía también informó que los cementerios clandestinos se incrementaron en los últimos años.

Sólo en 2013, el criminólogo forense de la FGR, Israel Ticas, descubrió alrededor de 500 tumbas. Todas fueron creadas por los pandilleros. Sus víctimas eran mareros contrarios y personas particulares con quienes tuvieron problemas, según la FGR.

Múltiples asesinatos

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