Ante la proximidad de la época lluviosa y la vulnerabilidad que enfrentan diferentes colonias y comunidades de este municipio, la comuna dio a conocer los trabajos de mitigación hará en los próximos días.
La actividad denominada Plan Castor, comienza hoy en uno de los puntos de mayor inundación en el casco urbano.
Se trata del reparto Ibiza, que limita entre San Salvador y Mejicanos, a la altura del puente que lleva el mismo nombre de la colonia.
En este sector también se ven afectadas las comunidades Las Mercedes, Enero 16, La Azucena, Cisneros y Santa Nelly, las cuales se encuentran en los alrededores de la quebrada San Antonio.
Según la edil Juana de Pacas, el pasado 16 de abril presentaron su plan invernal al Ministerio de Obras Públicas para gestionar la maquinaria a utilizar en el dragado de las quebradas que se desbordan en la ciudad.
“Nuestro plan incluye la limpieza de quebradas, entre estas San Antonio, El Coco, San Miguelito, Las Lajas y Tres Camino”, acotó.
Hoy la maquinaria del MOP iniciará los trabajos de dragado en la quebrada San Antonio, a fin de retirar los desechos sólidos que son lanzados al lugar.
En total, son cerca de 300 metros los que se limpiarán para que el caudal de las aguas lluvias mantenga su recorrido habitual.
La familia Larios reside desde hace 25 años en el reparto Ibiza, un lugar que sufre de constantes inundaciones debido a que las viviendas se encuentran próximas a esta quebrada.
“Sería adecuado que ampliaran la bóveda del lugar, para evitar las crecidas”, dijo Tránsito de Larios
Por su parte, Héctor Parada, gestor de riesgo de la Comisión de Protección Civil de la municipalidad de Mejicanos, afirma que El Plan Castor se realiza todos los años y en esta primera intervención esperan beneficiar a 250 familias de cuatro comunidades.
Igual situación vive don José Martínez, quien habita en la comunidad Las Mercedes, una de las áreas que queda incomunicada en el invierno.
Otras de las regiones a mitigar son las quebradas El Coco y San Miguelito, en el sector de San Ramón, donde la vulnerabilidad del terreno pone en riesgo de deslave e inundaciones a los residentes.
El año pasado, dijo Parada, se retiró cerca 120 camiones con arena y piedra de estos sectores.