??ltimo quinquenio marcado por la tregua y masacres

Número de homicidios fue elevado al igual que la gestión del expresidente Antonio Saca, según las cifras oficiales

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20 de julio de 2010, la mara 18 cometió la más cobarde masacre, 18 pasajeros de un microbús murieron al ser quemados. Foto EDH

Por ??scar Iraheta Twitter: @oscar_iraheta

2014-05-19 8:00:00

El presidente saliente Mauricio Funes no les cumplió a los salvadoreños en su promesa de bajar los homicidios en El Salvador en los últimos cinco años. A no ser por la estrategia de la tregua de las pandillas apoyado por el Gobierno, la cantidad de asesinatos pudo ser mayor al gobierno de su antecesor Elías Antonio Saca.

Cifras oficiales reflejan que en el período de Saca (2004-2009) se perpetraron 17,612 asesinatos, mientras que en el mandato de Funes se registraron, hasta el domingo 18 de mayo, 17,269 homicidios.

La tregua entre los pandilleros le permitió al Gobierno de Funes maniobrar y sacar al país de los primeros lugares de los más violentos del mundo. Sin embargo, la violencia en El Salvador siguió en niveles altos, pues los pandilleros solo modificaron su actuar, ya que ordenaron asesinar y enterrar a sus víctimas para evitar que se incrementara el número de homicidios.

En los últimos cinco años, las cifras oficiales del Instituto de Medicina Legal registran que hubo 10 mil denuncias de personas reportadas como desaparecidas, aproximadamente.

La Fiscalía General también informó que los cementerios clandestinos se incrementaron en los últimos años.

Sólo en 2013, el criminólogo forense de la FGR, Israel Ticas, descubrió alrededor de 500 tumbas. Todas fueron creadas por los pandilleros. Sus víctimas eran mareros contrarios y personas particulares con quienes tuvieron problemas, según investigaciones de la Fiscalía y Policía.

El 2009 fue cuando se perpetraron más homicidios en los últimos 20 años en El Salvador. Se cometieron 4,365 asesinatos.

La falta de planes de seguridad por parte del Gobierno de Funes, al tomar su mandato, les permitió a las pandillas incrementar su criminalidad y en los últimos seis meses se cometieron más de la mitad de los homicidios: 2,576.

El resto fue registrado en los primeros seis meses de gestión de Saca.

La violencia no paró en 2010 y las cifras oficiales de Medicina Legal indicaron que 4,004 salvadoreños fueron ultimados en el referido año.

El mismo panorama de violencia fue en 2011, cuando 4,272 personas fueron asesinadas. Los números de la criminalidad eran altos y los homicidios imparables.

En noviembre de ese mismo año, Funes nombró a su segundo ministro de Justicia y Seguridad: el general David Munguía Payés, quien prometió bajar los homicidios a cinco diarios como promedio. Sin embargo, los asesinatos siguieron al alza en los primeros cuatro meses de gestión, mientras se fraguaba la tregua de las pandillas.

Pacto entre maras mermó los homicidios

Pero en marzo de 2012 ocurrió lo que nadie esperaba: el Gobierno de Funes ordenó el traslado de la cúpula de las pandillas desde el penal de máxima Seguridad en Zacatecoluca, “Zacatraz,” hasta cárceles comunes y facilitó a dos personas que sirvieran como mediadoras entre los mareros y el Gobierno.

Meses después, Munguía Payés admitió que el traslado de los mareros y otros beneficios a los pandilleros eran parte del plan de la tregua entre las maras como estrategia para bajar los homicidios. Y así fue: las estadísticas de homicidios disminuyeron considerablemente e, incluso, hubo un día en el cual no se cometieron asesinatos.

En 2012 se registraron 2,641 homicidios y en 2013 fueron asesinados 2,492 salvadoreños. La reducción de este tipo de muertes violentas fue evidente gracias a dicho pacto.

El 25 de septiembre de 2013, el mandatario admitió ante la Organizaciones de las Naciones Unidas (ONU) que su Gobierno participó en la tregua entre los pandilleros.

Dicho acuerdo, sumado a planes permanentes de represión y prevención, habría reducido los homicidios en un 50 por ciento aproximadamente, expresó Funes en ese foro internacional.

¿Víctimas eran de provecho para el país ?

En los últimos años las pandillas asesinaron a personas inocentes y de bienestar. Fueron ultimados deportistas, ingenieros, doctores, militares, policías, artistas, choferes y decenas de estudiantes.

Entre las víctimas mortales hubo niños que acompañaban a sus padres, mujeres y adolescentes que, sin querer, fueron testigos de otros asesinatos.

En enero de 2011, la sociedad de moto enduro lamentó el asesinato del expresidente del grupo, Simón Bolívar Rosales Sigüenza, asesinado cuando practicaba deporte extremo en un cerro de Panchimalco. El homicidio fue cometido por una estructura de la mara Salvatrucha, según el Ministerio Público.

También la pandilla asesinó a la campeona centroamericana de Lucha Olímpica, Alisson Isela Renderos. El homicidio conmovió a la sociedad deportiva y a todo el país.

La familia de artistas también lamentó el cobarde asesinado de Ezequiel Cruz Villegas, de 14 años, ultimado en el kilómetro 36 de la carretera a Comalapa, en el cantón Comalapa de San Juan Talpa. El artista fue asesinado cuando esperaba el transporte. La Policía dijo que fue testigo de un pago de extorsión.

Otra víctima fue el piloto e ingeniero Héctor Aldana, secuestrado y asesinado por pandilleros.

Asimismo, fueron asesinados ciudadanos extranjeros como peruanos, estadounidenses, españoles y salvadoreñas residentes en Australia.