“Les guste o no les guste”, la política del exabrupto

La intolerancia, la cerrazón y la imposición que marcaron este gobierno se resumen en la frase de Funes de "les guste o no les guste", así como otras para ofender a sus adversarios o para remarcar que el expresidente Flores y él no tienen el mismo color

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Les guste o no les guste, la política del exabrupto

Por politica@eldiariodehoy.com

2014-05-26 8:00:00

Cuando el presidente saliente Mauricio Funes anunció que su programa radial de los sábados se convertiría en un espacio para el diálogo y el acercamiento con la población, los salvadoreños nunca imaginaron que se convertiría más bien en la caja de resonancia de ataques, juegos de palabras y acusaciones contra todo el que osara oponérsele y criticarlo.

Dirigentes empresariales, opositores, abogados y hasta quienes en un tiempo fueron sus amigos y patrocinadores fueron blanco de sus verborreas con hígado mediante la maquinaria del aparato del Estado.

Desde el tristemente célebre “les guste o no les guste” (noviembre 2012) hasta el reciente “no tenemos ni el mismo color de piel” (al diferenciarse con el expresidente Francisco Flores), el mandatario hizo alarde de absolutismo, un estilo que según la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) en su apreciación sobre el quinto año de gobierno, mostró poca capacidad de crear consensos y acuerdos de nación.

Para Fusades, de esa forma de gobernar sólo “polarizó” más a los salvadoreños.

De hecho, Luis Mario Rodríguez, de Fusades, señaló ayer en el programa de entrevistas “Frente a Frente” que el presidente saliente deja como herencia un complicado clima de diálogo con todos los sectores sociales, económicos y políticos, ya que manejó la confrontación “como un estilo de gobierno permanente”.

Rodríguez dijo que el país “retrocedió en muchos indicadores” y que Funes “los expulsó” de los mecanismos de diálogo y de las instituciones gubernamentales donde el sector privado y académico tiene representatividad.

“Funes no cumplió con la meritocracia, confrontó y creó división. Eso es grave para un país y para la democracia”, agregó Rodríguez, quien incluso señaló que el presidente saliente logró gobernabilidad gracias al transfuguismo de varios diputados de la oposición que formaron otra bancada legislativa.

Por su parte, el presidente saliente se defendió ayer, en una entrevista en Canal 21, ante los señalamientos de Fusades de ser confrontativo, al afirmar que no es él quien ha confrontado con los dirigentes empresariales sino que son ellos, a quienes no considera representen al verdadero empresariado.

“Este gobierno no fue genuflexo con grupos corporativos de poder económico. Más bien yo fui la piedra en el zapato de organizaciones como Fusades, una institución seria pero con intereses concretos”, dijo el mandatario.

Consideró que Fusades hace esas críticas dado que según él el tanque de pensamiento representa “la derecha oligárquica” y porque fue Fusades quien impulsó las políticas económicas que a su decir han fracasado.

También argumentó que no es que él como mandatario no acepte las críticas sino que, por el contrario, su gobierno tiene un nivel de tolerancia que permite que “cualquiera diga cualquier cosa de nosotros”.