Seis muertos deja ataque en un bus de la Ruta 302

Víctimas: dos custodios penales, un cabo de la PNC, una vendedora y un agricultor Cuatro hombres y una mujer dispararon armas cortas; otros dos llegaron en carro

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Investigadores buscan evidencias en bus donde murieron seis personas. Foto EDH /Ericka Chávez

Por David Marroquín nacional@eldiariodehoy.com

2014-05-23 7:00:00

“Empezaron a dispararle a todos los ocupantes (del bus). Según los relatos, fue indiscriminado. El objetivo prácticamente era lesionar a todos los ocupantes; no se dirigieron a una persona en particular sino que prácticamente empezaron a dispararles a todos…”.

Así describió Mauricio Ramírez Landaverde, subdirector general de la Policía, cómo se perpetró el ataque en el que murieron seis pasajeros dentro de un autobús de la Ruta 302, que recorre desde Usulután a San Salvador.

Entre los muertos figuran el cabo José Ángel Fernández, quien estaba en el área disciplinaria de la División Central de Investigaciones (DCI), y los vigilantes del Centro Penal de máxima seguridad en Zacatecoluca, La Paz, Gerardo Mena Escobar y Gerson Ulises Reyes.

También murieron Carlos Alberto Ayala, un agricultor de San Nicolás Lempa, y Silvia Lorena Córdova Gómez, quien se había subido al bus solo a vender dulces. Ella deja tres niños en la orfandad. La sexta víctima no había sido identificada al cierre de esta nota.

Las autoridades policiales sospechan que el ataque iba dirigido hacia el cabo de la policía y los dos custodios penitenciarios.

El hecho se produjo justo cuando el autobús placas AB 74-302 circulaba a la altura del kilómetro 38 de la autopista hacia el aeropuerto en Comalapa, en San Luis Talpa, La Paz.

Las investigaciones policiales apuntan a que el ataque fue cometido por cuatro hombres que vestían camisas del Fovial y una mujer que se hizo pasar como vendedora. Al menos tres de los atacantes iban como pasajeros, pero el resto se subió después de que un vehículo se le atravesó al autobús para hacerlo frenar. Los delincuentes dispararon armas cortas contra las víctimas, según la Policía.

En seguida, los cinco delincuentes huyeron en el vehículo sedán que fue usado para atravesársele al autobús.

“En total eran como siete porque los testigos dicen que iban bien apretados en el carro”, refirió un agente de la Policía.

La mayoría de las víctimas viajaba inicialmente en un autobús que venía de Zacatecoluca, pero a este se le pinchó una de las llantas delanteras y los pasajeros decidieron subirse al bus de la Ruta 302 a la altura de San Rafael Obrajuelo. Se sospecha que en ese lugar también se subieron tres de los atacantes.

La Policía desplegó un rastreo y un helicóptero de investigaciones sobrevoló la zona. Sin embargo, no hubo capturas de sospechosos. En el desvío hacia el municipio de Tapalhuaca se encontró el vehículo que se supone que los criminales habían usado para la matanza.

Las autoridades policiales no descartan que los hechores sean pandilleros por la forma de haberse perpetrado el crimen, aunque señalaron que las investigaciones apenas comienzan.

Iba a ver a hijo en coma

Carlos Alberto Ayala, su esposa y su nuera se dirigían al hospital Rosales a ver a su hijo de 15 años, quien se encuentra internado en ese nosocomio a raíz de una grave enfermedad.

María Rodas, compañera de vida de Carlos Alberto, relató que ella iba orando para pedirle a Dios que permita la recuperación de su hijo, pero de repente escuchó las detonaciones de los balazos dentro del autobús.

“Él me dijo que me tirara al suelo, fue entonces que lo volví a ver, pero ya estaba tirado en el suelo y le halaba la camisa y le dijo levántese, entonces llegó ella (nuera) y me dijo bajémonos porque él está muerto”, relató María.

Agregó que los individuos comenzaron a disparar a “lo loco” sin importarles a quien le causaran algún daño.

María relató que su esposo se dedicaba a la agricultura en San Nicolás Lempa, San Vicente, pero que desde hace 11 días viajaba al hospital Rosales para cuidar a su hijo de 15 años. “A ver a mi hijo que está en coma íbamos y ahora con esta tragedia…”, dijo María, quien de inmediato soltó en llanto.

La familia de Córdova Gómez, otra de las víctimas, explicó que ella se ganaba la vida vendiendo dulces para sostener a sus tres hijos de 10, 12 y 15 años que viven en la zona de El Pedregal.

El director de la Policía, Rigoberto Pleités, sostuvo que la masacre del autobús no se podía relacionar con el rumor del “viernes negro”, porque esto último solo son especulaciones para generar terror entre la población, pero que la corporación policial está dispuesta a incrementar la seguridad en los sitios donde existen ese tipo de amenazas.

“Este tipo de acciones constituyen actos de terrorismo en contra de la sociedad y nosotros le vamos a dar la prioridad para que en el menor plazo posible se pueda esclarecer y llevar ante la justicia a los responsables”, dijo Pleités.